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Crece el compromiso en las compañías, pero, ¿existe coherencia entre declaración y acción?

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De acuerdo a la última encuesta global de Mc Kinsey, crecen las acciones sostenibles de las compañías. Aunque existe una brecha entre lo que dicen y lo que efectivamente hacen.

El compromiso de las empresas con la sustentabilidad parece mantenerse e incluso acrecentarse. Al menos así lo muestra la nueva Encuesta Global de McKinsey, que publicó a fines de 2017.

Según el estudio, las compañías sostienen que lo que las motiva a implementar una agenda relacionada con la temática es mejorar la alineación entre las prácticas de la organización y sus objetivos, misiones y valores.

En términos generales, el informe de la consultora concluye que un 60% de las empresas afirman estar más comprometidas con la sostenibilidad que hace dos años, y solo el 9 por ciento de esa participación ha disminuido. Por ejemplo, 80 por ciento de los entrevistados que pertenecen a consumo masivo y tres cuartos del sector de infraestructura. Asimismo, ha incrementado el número de firmas que tienen algún tipo de gobernanza como un comité de nivel directivo dedicado a temas de sostenibilidad. La industria alimenticia viene liderando esta carrera. Y del total de la encuesta, 70 por ciento de las firmas tienen ya establecida alguna forma de gobernanza, en comparación con 56 por ciento de 2014. Además, 16 por ciento, en comparación del 12 de la anterior encuesta, aseguran que en sus compañías existe un comité –a nivel directorio- dedicado a temas de sustentabilidad.

Los ejecutivos deberían desarrollar estrategias sustentables con el mismo rigor en que despliegan las actividades comerciales y la estrategia global. Esto permite que los esfuerzos sostenibles aporten valor al negocio

Cuando se les preguntó por las motivaciones de llegar adelante una gestión sostenible, la mayoría destacó que se trata de cumplir con las expectativas del consumidor y con la atracción, motivación o retención de empleados. Los encuestados mencionan la diversidad y la inclusión entre los cinco temas más importantes que gestionan.

Pese a esto, McKinsey informa que hay brecha entre el decir y el hacer, en definitiva entre los valores declamados de la sustentabilidad y las verdaderas acciones. Los encuestados informan pocos cambios en la cantidad de actividades que realizan sus organizaciones para alcanzar los objetivos de sostenibilidad. La encuesta preguntó acerca de 11 actividades de este tipo en tres categorías: crecimiento, rendimiento del capital y gestión de riesgos, como lo viene haciendo desde 2011. Solo se incrementaron actividades en 3 de las 11 temáticas, la mayoría relacionada con acciones para empleados y clientes. Además, sólo el 39 por ciento informa un impacto financiero positivo de sus programas de sostenibilidad.

La última Encuesta Global de McKinsey también arroja luz sobre cómo las entidades están implementando tecnologías para administrar y apoyar agendas de este tipo. Por ejemplo, han aumentado considerablemente el uso de herramientas como equipos de eficiencia energética, y otras más innovadoras, como las plataformas digitales. A pesar de estos avances, muchas empresas todavía luchan por capturar el valor financiero de sus esfuerzos de sostenibilidad. Para McKinsey, la clave pasa por la integración de la sostenibilidad en una o más funciones comerciales centrales. Esto duplicaría la probabilidad de que una empresa informe el valor financiero de estos esfuerzos.

En relación con otros temas, la energía renovable ha ganado importancia durante el mismo período, durante el cual las instalaciones de fuentes de energía renovable también aumentaron. La gestión de desechos, también, se encuentra entre los cinco temas más importantes para las organizaciones.

La encuesta además hizo foco en eventos y tendencias clave. Así, las compañías han establecido que los avances en tecnologías relacionadas con la sustentabilidad y la preocupación por temas de seguridad son las principales razones por las cuales han incrementado su compromiso. Otros motivos como elecciones nacionales o los ODS y los Acuerdos por el clima han tenido menor influencia.

La creación de valor es casi el doble cuando existe al menos una estructural forma de gobernanza.

Es que el costo de este tipo de tecnologías ha caído sustancialmente, y esto ha hecho que sea más barato y más fácil usarlas, ya sean energías renovables, métodos de ahorro de energía, plataformas digitales, sistemas de análisis de datos avanzados. Se han adoptado estas tecnologías en todas las regiones, en especial en India, Medio Oriente y África Septentrional, si se comparan los resultados de ediciones anteriores, con especial implementación de big data.

Integración limitada con áreas centrales

Según el documento, las compañías no solo luchan por seguir actividades sustentables con un alto valor potencial sino que también sienten el desafío de medir las implicancias financieras de manera acertada. Uno de cada cinco encuestados aseguró que no sabía cuál había sido el resultado financiero de los programas sostenbiles en los últimos cinco años. Y aquellos cuyas empresas habían medido este impacto tendieron a afirmar que la sustentabilidad es un costo más que a pensar que crea valor. Y un cuarto de los entrevistados aseguró desconocer cuánto invierte su empresa en iniciativas responsables. Sólo un porcentaje muy bajo asegura que comprende cabalmente los beneficios económicos que trae aparejado implementar iniciativas sostenibles.

La encuesta indagó sobre cuán integrada está la sustentabilidad en 11 sectores centrales de las empresas y los encuestados contestaron que esa integración es la menos frecuente. De todas formas, junto con I&D y planificación estratégica, la integración con la función financiera aparece como la que produce el mayor valor.

Quienes responden que la sustentabilidad está integrada a al menos a una de esas funciones, -independientemente de cual-, son más propensos a reportar el doble de impactos económicos positivos que aquellas empresas que informaron que no hay unidad.

Muchas compañías cuentan con la oportunidad de integrar esto a sus áreas centrales, desde finanzas hasta Recursos Humanos y también para que los líderes de esos sectores tengan sus propias acciones sustentables y para ayudar a cerrar la brecha entre motivaciones e iniciativas reales y concretas

Hacia delante

En respuesta a las prioridades futuras y las razones para abrazar la sustentabilidad, Mc Kinsey brinda algunas sugerencias para lograr mayores resultados.

La primera pasa por alinearla con la estrategia del negocio. Los ejecutivos deberían desarrollar estrategias sustentables con el mismo rigor en que despliegan las actividades comerciales y la estrategia global. Esto permite que los esfuerzos sostenibles aporten valor al negocio, en especial si son traducidos a objetivos, métricas y líneas de responsabilidad claramente articulados a lo largo de toda la organización.

Otro aspecto pasa por realzar la gobernanza. De acuerdo a la experiencia de la consultora, las empresas con buenas estructuras de gobernanza para supervisar y manejar las iniciativas sostenibles obtienen mejores resultados. La encuesta confirmaría esta premisa: la creación de valor es casi el doble cuando existe al menos una estructural forma de gobernanza. Según la entidad, no existe una estructura correcta –el montaje de una organización debería alinear estrategia y esfuerzos de sustentabilidad. Algunas compañías pueden tener equipos que ponen foco en esta temática mientras que otros usan, para manejar los programas, grupos de liderazgo funcionales que atraviesan toda la firma. Pero, independientemente del formato, aparecen factores de éxito clave -incluyendo supervisión del equipo ejecutivo y líneas claras de responsabilidad- que aportaran mejores desempeños económicos, ambientales y sociales.

Una tercera medida pasa por insertar la sustentabilidad a las áreas del negocio. La encuesta muestra una brecha entre las razones por las cuales se abraza la sustentabilidad y el lugar que ocupa esta búsqueda en la empresa. Ya que el alineamiento con los objetivos, misión y valor de una empresa, es la razón más frecuente para llamar a la acción, existe la oportunidad de insertar programas en el tejido de la empresa. Muchas compañías cuentan con la oportunidad de integrar esto a sus áreas centrales, desde finanzas, pasando por ventas, marketing, Recursos Humanos y también para que los líderes de esos sectores tengan sus propias acciones sustentables- todo esto que podría ayudar a cerrar la brecha entre motivaciones e iniciativas reales y concretas.

El documento ha sido realizado por Anne-Titia Bové, especialista de la oficina de McKinsey en San Pablo; Dorothee D’Herde, directora de Sustentabilidad de la filial en Londres y por Steven Swartz, socio de la sede de California.

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