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Distancias que no se achican

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El Informe Global de la Brecha de Género 2017 no muestra avances y la paridad entre hombres y mujeres sigue estancada.

El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) acaba de publicar el Informe Global de la Brecha de Género 2017. Allí muestra que, luego de una década de progreso lento pero constante, la paridad entre hombres y mujeres se estancó. Además se ve a la distancia agrandándose por primera vez desde que se comenzó a realizar la investigación en 2006.

Detrás de este declive se encuentra una mayor brecha de género en los cuatro pilares del informe: logros educativos, salud y supervivencia, oportunidades económicas y empoderamiento político. Estas dos últimas áreas son particularmente preocupantes porque ya tienen las diferencias más grandes y, hasta este año, registraban el progreso más rápido.

Según el WEF, al ritmo actual de los avances, demandará 100 años cerrar la brecha, en comparación con los 83 años que se calculaban hasta el año pasado. La desigualdad en el lugar de trabajo seguirá presente durante 217 años más.

Islandia lidera el ranking ya que logró cerrar la brecha en 88 por ciento. Y ha sido el país con mayor igualdad por más de nueve años. La distancia entre este país y el que lo secunda, Noruega, se ha ampliado ya que esta nación, junto con Finlandia, que está tercero en el listado, agrandaron sus disparidades. El top 10 se completa con Ruanda (4), Suecia (5), Nicaragua (6) y Eslovenia (7) (estos dos últimos lograron cerrar la brecha en un 80 por ciento por primera vez), Irlanda (8), Nueva Zelanda (9), y Filipinas (10).

“Nos estamos moviendo de una era del capitalismo a otra del “talento”. A nivel nacional y empresarial, la competitividad va a ser más decisiva que nunca por la capacidad de innovación de un país o de una empresa. Van a tener mayor éxito aquellos que mejor entienden la integración de la mujer como una fuerza vital en su pool de talentos”, afirmó Klaus Schwab, fundador y director ejecutivo del Foro Económico Mundial.

Índice 2017

Al analizar los pilares del índice, el informe muestra que en educación, 27 países – tres más que el año pasado- pudieron avanzar. Un total de 34 –cuatro menos que en 2016-cerraron las brechas en salud. Y solo seis pudieron lograrlo en ambos pilares. En cuanto a participación y oportunidad económica, ninguno logró achicarla pero 13 (dos más que en la edición previa) obtuvieron 70 por ciento. El empoderamiento tiene la distancia más grande y en este rubro, sólo Irlanda obtuvo más del 70 por ciento. Cuatro cruzaron la línea de 50 por ciento y 34 apenas llegan al 10 por ciento. Medido por población, 95 países están por debajo del índice de esta área.

“En 2017 no estamos viendo un achicamiento de la brecha. La igualdad de género es tanto un imperativo moral como económico. Algunos países comprender esto y están viendo dividendos de medidas proactivas que tomaron para abordar la temática” dice Saadia Zahidi, líder de Educación, Género y Trabajo del WEF.

Análisis regional

América Latina y el Caribe cuenta con un promedio de brecha del 30 por ciento y es el hogar de dos de los países que más han mejorado desde 2006: Nicaragua (6) y Bolivia (17). Brasil es uno de los cinco que más ha reducido la distancia en temas educativos, a pesar de que en el resultado general está en el puesto 90. En la región Paraguay (96) y Guatemala (110) son los de peor performance. A su vez, de los 24 países que figuran en el listado, 18 han mejorado mientras que seis presentan resultados en retroceso.

Tiempos de paridad

La brecha más grande se da en las esferas económicas y de salud. Y si bien el rubro político es el que más progresó, sigue siendo el más amplio y podría llevar otros 99 años para cerrar. Por otro lado, la brecha educativa podría cerrarse en los próximos 13 años.

Por otra parte, diversos estudios han sugerido que mejorar la paridad de géneros puede producir dividendos económicos significativos. Estimaciones recientes sugieren que la paridad podría agregar 250 mil millones de dólares al PBI de Gran Bretaña; 1750 mil millones; 550 mil millones en Japón: 320 y 310 en Francia y Gran Bretaña respectivamente. También implicaría 940 mil millones en mercados emergentes.

Otras latitudes

Europa Occidental: sigue siendo la región con mejor desempeño con un promedio persistente de brecha del 25 por ciento. De las 20 naciones, nueve mejoraron su desempeño y 11 lo empeoraron.

América del Norte: persiste una brecha del 28 por ciento, el más bajo luego de Europa Occidental. Tanto Canadá (16) y Estados Unidos (49) cerraron en más del 70 por ciento su índice total.

Europa Oriental y Asia Central: tienen un promedio de 71 por ciento. Y tres están entre las Top 20.

Asia del Este y el Pacífico: el promedio cerró en 68 por ciento, con Nueva Zelanda (9) y Filipinas (10) entre el top ten. Sin embargo, las economías más grandes de la región no presentan resultados tan buenos. China está en el puesto 100 mientras que Japón y Corea del Sur, en el 114 y 118 respectivamente.

África Subsahariana: muestra un rango muy amplio de resultados en comparación al resto de las geografías. De las 30 naciones presentes en el ranking, 13 han mejorado sus desempeños con respecto a 2016 y 17 decayeron.

Sudeste asiático: tiene una brecha del 34 por ciento y Bangladesh (47), es la única dentro del top 100 ya que India figura en el lugar 108 y Pakistán, en el 143.

Medio Oriente y el Norte de África: tiene el peor promedio, con una distancia del 40 por ciento. Los mejores puestos los tienen Israel (44); Túnez, (117); Emiratos Árabes Unidos, (120); y Bahreim (126).  Entre los peores en empoderamiento político aparecen Kuwait (129), Líbano (137), Qatar (130) y Yemen (144).  Sin embargo, de los 17 países participantes de la región, 11 mostraron progresos en todo los rubros.

En línea con estos problemas, desde la Fundación Observatorio de Responsabilidad Social, se ha lanzado este año la Guía FORS para la implementación de indicadores de género, donde se proponen indicadores que buscan evidenciar los cambios sociales en términos de relaciones de género a lo largo del tiempo. La Guía fue pensada para que sus usuarios logren  entender la situación relativa, pero también los cambios producidos en la relación de las mujeres y los hombres en el contexto de sus organizaciones. Y, consecuentemente, puedan incorporarse acciones tendientes a eliminar y mejorar la situación de las mujeres.

Medir la desigualdad: Indicadores de género

Los indicadores de género son líneas maestras en base a las cuales se logra recopilar información. En el caso de la brecha de género se calcula como la diferencia proporcional entre indicadores correspondientes a mujeres y varones. Este índice se construye teniendo en cuenta indicadores de cuatro áreas críticas de la desigualdad de género: participación y oportunidades económicas (remuneración, participación y puestos de trabajo de alto nivel de especialización), educación (acceso a niveles de educación básicos y superiores), salud y supervivencia (esperanza de vida y proporción entre sexos) y empoderamiento político (representación en las estructuras de adopción de decisiones).

Cuando el resultado de su medición es igual a uno, la proporción de varones y mujeres en determinada situación es similar, es decir hay paridad. Según el Foro Económico Mundial, Argentina presenta en el año 2017 una brecha de 0,732, lo cual presenta un incremento de la misma si lo compáranos con los resultados de 2015 (0,734) y nos ubica dos puestos más arriba de aquel año (pasando del escaño 36 al 34), lo cual implica que la brecha ha aumentado en el mundo, lejos de disminuir.

Reconocer estos resultados nos permite evaluar y reafirmar que aunque la brecha de género fluctúa dependiendo de diversos contextos sociales, políticos y económicos, sigue persistiendo. Y además, conocer este dato contribuye a planificar sobre su base, políticas públicas y programas que estén orientados a eliminar las desigualdades por causa de género. Mediante políticas públicas adecuadas y ateniéndose a las legislaciones con las cuales se ha comprometido el Estado, estos problemas -que van en detrimento de la autonomía económica de las mujeres- deberían comenzar a ser resueltos.

La generación de políticas de igualdad es fundamental para el avance en la disminución de las brechas de género, y para comprender la situación de partida se requiere la implementación de indicadores  que permitan actualizar los conocimientos sobre los problemas relacionados con estas desigualdades.

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