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El ODS 3 busca garantizar una vida sana y pone especial acento a la salud reproductiva, materna, neonatal e infantil.  Avances y metas por cumplir. 

La Agenda 2030 de Naciones Unidas delinea el Objetivo 3 de Desarrollo Sostenible como aquel que busca “garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades”.

Al finalizar cada año, esta entidad publica el Informe del Secretario General “Progresos en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible·, un documento que analiza la situación y el estado de avance de cada ODS. El último de ellos se publicó en diciembre de 2017 y da cuenta de lo alcanzado en 2016 y parte del 2017.

Se lograron grandes avances en relación con el aumento de la esperanza de vida y la reducción de algunas de las causas de muerte más comunes relacionadas con la mortalidad infantil y materna.

Si bien reconoce, “se necesitan muchas más iniciativas para erradicar por completo una amplia gama de enfermedades y para hacer frente a numerosas y variadas cuestiones persistentes y emergentes relativas a la salud”.

Salud reproductiva, materna, neonatal e infantil

De acuerdo al documento, en 2015, la tasa mundial de mortalidad materna fue de 216 muertes por cada 100 mil nacimientos. Para lograr la meta de este objetivo, que establece que en 2030 haya menos de 70 fallecimientos, la tasa de reducción de la mortalidad debe ser de al menos un 7,5%, más del doble de la media registrada entre 2000 y 2015. La mayoría de las muertes maternas pueden prevenirse. En 2016, el 78% de los nacidos vivos en todo el mundo se beneficiaron de atención cualificada durante el parto, frente al 61% en 2000. Sin embargo, en África Subsahariana en ese mismo año, la tasa fue de sólo el 53% de los nacidos vivos. La tasa de mortalidad de menores de 5 años se redujo 44% desde el año 2000. Pero sigue siendo elevada en África Subsahariana.

“La prevención de los embarazos no planeados y la reducción de la maternidad adolescente –mediante el acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva– es crucial para la salud y el bienestar de las mujeres, los niños y los adolescentes. En 2017, el 78% de las mujeres en edad reproductiva (de 15 a 49 años de edad) que estaban casadas o vivían en pareja en todo el mundo satisfacían la necesidad de planificación familiar mediante métodos modernos, en comparación con el 75% en 2000. El progreso ha sido importante en los países menos adelantados, con un aumento de 18 puntos desde 2000 hasta 2017” detallan.

Se han logrado mejoras en el acceso al agua limpia y el saneamiento, la reducción de la malaria, la tuberculosis, la poliomielitis y la propagación del VIH/SIDA.

A su vez, a nivel mundial, la tasa de fecundidad de las adolescentes, se redujo un 21% entre 2000 y 2015; en América del Norte y Asia Meridional disminuyó en más del 50%. Sin embargo, sigue siendo elevada en dos terceras partes de los países, con más de 20 nacimientos por cada 1000 adolescentes en 2015.

Enfermedades infecciosas

Para la ONU, se lograron grandes avances en la lucha contra las enfermedades infecciosas. En 2015 se registraron en todo el mundo 0,3 nuevas infecciones del VIH por cada 1000 personas; entre los niños menores de 15 años, fue del 0,08. Estos datos constituyen una disminución del 45% y el 71%, respectivamente, desde 2000. La incidencia de la infección por el VIH siguió siendo más alta en África Subsahariana, donde hubo 1,5 casos nuevos por cada 1000 personas en 2015.

En 2015 se declararon 10,4 millones de casos nuevos de tuberculosis en todo el mundo, lo que representa 142 casos nuevos por cada 100 mil personas, una disminución del 17% desde el año 2000. La tasa de incidencia mundial de la malaria en 2015 fue de 94 casos por cada 1000 personas en situación de riesgo, una reducción del 41% desde 2000. En 2015, 1600 millones de personas necesitaron tratamiento y atención por enfermedades tropicales desatendidas, lo que significa una disminución de un 21% respecto a 2010. Alrededor de 1,34 millones de muertes se atribuyeron a la hepatitis en 2015, incluidos 0,9 millones de muertes a causa de la hepatitis B, enfermedad que se puede prevenir mediante vacunación. La cobertura mundial de vacunación para esta enfermedad entre los niños de 1 año de edad aumentó del 29% en 2000 al 84% en 2015.

Se necesitan muchas más iniciativas para erradicar por completo una amplia gama de enfermedades y para hacer frente a numerosas y variadas cuestiones persistentes y emergentes relativas a la salud.

“Un importante factor de riesgo de enfermedades infecciosas y mortalidad es la falta de servicios de agua apta para el consumo, saneamiento e higiene, que afecta de manera desproporcionada a las regiones de África Subsahariana, y Asia Central y Meridional. Las tasas de mortalidad debidas a la falta de esos servicios en ambas regiones fueron de 46 y 23 por cada 100 mil habitantes, respectivamente, frente a 12 por cada 100 mil en todo el mundo en 2012”, detallan.

Enfermedades no transmisibles y salud mental

Las muertes prematuras (antes de los 70 años de edad) debidas a enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas o diabetes alcanzaron unos 13 millones en 2015, lo que representa el 43%. De 2000 a 2015, el riesgo de morir entre los 30 y los 70 años de edad por una de esas cuatro causas disminuyó del 23% al 19%, por lo que de seguir a este ritmo no se cumplirá la meta de reducción de esas muertes en un tercio antes de 2030. Los trastornos mentales, como la depresión, pueden llevar al suicidio. En 2015 se produjeron casi 800 mil suicidios en todo el mundo; los hombres muestran aproximadamente el doble de probabilidades de suicidarse que las mujeres.

Por último, con respecto a los sistemas de salud y financiación para lograr el cumplimiento del ODS 3, Naciones Unidas da cuenta de que, en 2015, el total de fondos oficiales para la investigación médica y la salud básica de todos los países donantes y las organizaciones multilaterales ascendió a 9700 millones de dólares, lo que representa un aumento en términos reales del 30% desde 2010. De ese importe, los países miembros del Comité de Asistencia para el Desarrollo de la OCDE aportaron 4300 millones de dólares.

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