El compromiso social y la Responsabilidad Social suelen usarse como dos conceptos idénticos en significado, alcance y consecuencias pero en la práctica no lo son.
La confusión no sólo existe entre los ciudadanos sino también en el mundo académico, empresario y de las organizaciones de la sociedad civil. Es cierto que tienen algunas similitudes y puntos en común: una fuerte base ética y la genuina preocupación y empatía por el otro, esencia misma de la humanidad y un llamado presente en todas las religiones. Sin embargo, confundirlas y usarlas indistintamente como sinónimos puede ser contraproducente porque restringe el verdadero alcance de la RS.
Para aclarar qué significa realmente cada uno de estos conceptos, un juego de cinco diferencias.
1
El compromiso social surge ante una urgencia, una emergencia, un problema puntual como puede ser una inundación, una catástrofe y todos solidariamente acompañan con su ayuda, con su presencia para resolver la situación o mitigar los daños que produce. Es un despertar de conciencias.
La RS es una nueva forma de organización social y un compromiso colectivo que abarca a todas las instituciones y sectores: Estado, empresas, sociedad civil, sindicatos, universidades, etc. Sus acciones son medibles y cuantificables en cuanto a eficacia y eficiencia.
2
El compromiso social nace como algo espontáneo, no es proyectado ni ejecutado según una planificación estratégica. Tampoco tiene institucionalidad. Suele producir una marea de voluntarios que reaccionan para asistir al otro frente a una necesidad apremiante.
La RS es institucional per se porque la desarrollan y despliegan las organizaciones humanas, aunque también alcance a los ciudadanos y consumidores. Requiere, de esta forma, de una fuerte planificación estratégica. Implica, además, una profunda mirada sobre los procesos productivos y sobre el impacto de la actividad que cada uno realiza– o de la actividad de la organización a la que cada individuo pertenece-, sobre el entorno social, económico y ambiental.
3
El compromiso social, es una actitud personal, ligada a valores humanos como la solidaridad y el espíritu público. Tiene que ver desde lo individual con sentirse parte de la solución a un problema que es ajeno, que no fue provocado por sus acciones. Pero que provoca la empatía de atender y asistir a quien lo sufre.
La RS presupone una actitud institucional y tiene que ver con un reconocimiento de la corresponsabilidad social, con un tomar conciencia de que somos parte del problema y desde allí buscar la solución.
4
El compromiso social puede desarrollarse o no en los entornos más próximos y cercanos de las personas.
La RS tiene un vínculo estrecho y una asociación inmediata e inquebrantable con el desarrollo sustentable de la comunidad a la que pertenece cada individuo. El primer lugar de acción es justamente esta comunidad, el entorno más cercano.
5
El compromiso social busca paliar y mitigar daños ya producidos.
La RS puede anticiparlos trabajando en la prevención. La RS es transformadora porque se potencia y queda englobada por políticas públicas articuladas con los tres sectores: Estado, empresas y ONGS, de manera convergente o complementaria.
