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ODS 7: Que no se corte

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El acceso universal a la energía asequible, segura y sostenible, eje del ODS 7. Avances y desafíos para la Agenda 2030

“Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos” es el Objetivo de Desarrollo Sostenible acordado por Naciones Unidas para su Agenda 2030.

¿Por qué una meta relacionada con este ítem? La respuesta que da la ONU en su documento que determina los avances –o estancamientos y retrocesos- en la materia es sencilla: “la energía es fundamental para casi todos los grandes desafíos y oportunidades a los que hace frente el mundo actualmente. Ya sea para el empleo, la seguridad, el cambio climático, la producción de alimentos o para aumentar los ingresos”. Así, su acceso universal se vuelve esencial.

El acceso universal a servicios de energía asequibles, fiables y sostenibles requiere ampliar el acceso a la energía eléctrica y a combustibles limpios y tecnologías más eficientes para cocinar, así como mejorar la eficiencia energética y aumentar el uso de las renovables.

Pero además surge otro componente común a casi todos los ODS, alcanzarlo se vuelve vital para lograr progresos en otras metas y afecta directamente la consecución de toda la Agenda. “Es vital apoyar nuevas iniciativas económicas y laborales que aseguren el acceso universal a los servicios de energía modernos, mejoren el rendimiento energético y aumenten el uso de fuentes renovables para crear comunidades más sostenibles e inclusivas y para la resiliencia ante problemas ambientales como el cambio climático”, reza el documento.

Datos duros

A su vez, de acuerdo a resultados del Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2017 que conduce el Secretario General Antonio Guterres y que hace una revisión de los 17 Objetivos, el acceso a tecnologías y combustibles menos contaminantes para cocinar aumentó al 57,4% en 2014, poco más que el 56,5% registrado en 2012. A su vez, más de 3 mil millones de personas, la mayoría de Asia y África Subsahariana, todavía cocinan con combustibles muy contaminantes y tecnologías poco eficientes. Es decir dependen de la madera, el carbón, el carbón vegetal o los desechos de origen animal para cocinar y calentar la comida y para calefaccionarse.

Según el Informe del Secretario General, la energía es el factor que contribuye principalmente al cambio climático y representa alrededor del 60% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Así, la contaminación del aire en locales cerrados debido al uso de combustibles para la energía doméstica causó 4,3 millones de muertes en 2012, 6 de cada 10 de estas fueron mujeres y niñas. En 2015, el 17,5% del consumo final de energía fue de energías renovables, últimas cifras disponibles.

Para alcanzar este objetivo, se necesitará un mayor financiamiento y normativas más audaces junto con la voluntad de los países de aceptar nuevas tecnologías a una escala mucho más ambiciosa

En 2014, el 85.3% de la población mundial contó con energía eléctrica; un aumento con respecto al 77.6% del año 2000. Sin embargo, 1.06 mil millones de personas vivían sin tener este servicio básico. Aunque el 96% de los habitantes de zonas urbanas se beneficiaron con el suministro de electricidad en 2014, la cifra sólo fue de 73% en zonas rurales. El porcentaje de renovables en el consumo final creció modestamente entre los años 2010 a 2014—de 17.5% a 18.3%. Pero la solar, eólica e hidroeléctrica representaron la mayor parte de este aumento.

“El acceso universal a servicios de energía asequibles, fiables y sostenibles requiere ampliar el acceso a la energía eléctrica y a combustibles limpios y tecnologías más eficientes para cocinar, así como mejorar la eficiencia energética y aumentar el uso de las renovables. Para alcanzar este objetivo, se necesitará un mayor financiamiento y normativas más audaces junto con la voluntad de los países de aceptar nuevas tecnologías a una escala mucho más ambiciosa”, dice el Secretario General. Por otra parte, aseguran que, “afortunadamente, la situación ha mejorado en la última década: la proporción de la energía renovable ha aumentado respecto al consumo final gracias al uso de fuentes como la hidroeléctrica, la solar y la eólica, y la proporción de energía utilizada por unidad de PBI también está disminuyendo”.

Sin embargo aclara que el avance en todos los ámbitos de la energía sostenible no está a la altura de lo que se necesita para lograr las metas de este Objetivo. “Se debe aumentar el uso en sectores como el de la calefacción y el transporte. Asimismo, son necesarias las inversiones públicas y privadas; así como mayores niveles de financiación y políticas con compromisos más audaces, además de la buena disposición de los países para adoptar nuevas tecnologías en una escala mucho más amplia”.

 

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