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Con ímpetu de juventud

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El colectivo de jóvenes Iyambae de La Paz, Bolivia, rescata lo originario para afianzar a la comunidad y al país en lo político, lo social y lo ambiental respetando y enalteciendo su dignidad cultural. 

Iyambae significa ser libre, sin dueño, y es una palabra rescatada del guaraní, elegida por un grupo de jóvenes que en 2015 fundaron la organización de la sociedad civil homónima en la ciudad de La Paz, Bolivia, y sus alrededores. Lo hicieron para que su voz fuese escuchada, para transmitir a otros jóvenes y niños un mensaje de libertad. Una de sus fundadoras y principales referentes, además de coordinadora general, Laura Chile, especifica en qué trabajan y cómo lo articulan con la situación que vive hoy Bolivia. “Desde el Colectivo Iyambae, todo lo que se está haciendo en los ámbitos social, cultural, política es para apoyar a que en Bolivia continúe el proceso de cambio y la revolución cultural”, afirma y dice que para pertenecer a la entidad sólo se requiere un fuerte compromiso, disciplina y muchas ganas de trabajar.

¿Cuáles son los pilares de Iyambae?

Su pilar es hacer activismo en temas sociales, comunitarios y culturales. Así realizamos charlas, nos apoyamos en el arte, en fomentar aspectos propios de nuestra cultura como la danza y las batucadas, el teatro, en ayudar a ancianos, niños, a personas con situación de calle.

¿Geográficamente dónde están?

Principalmente en La Paz, y también en Santa Cruz como grupo de la juventud Iyambae. Más allá de eso, para nosotros es importante el hecho de que el nombre sea guaraní, que estemos en Bolivia, cuya constitución política reconoce a las 37 naciones y tres idiomas aymará, guaraní, y quechua.

Iyambae es un código, es tener valores, fortalecer nuestra cultura diversa y esto es importante para Bolivia y para nosotros porque no queremos perder las identidades nacionales y las enseñanzas de los abuelos.

Ustedes resaltan el papel de Bolivia como corazón del Sur, ¿por qué?

Ese corazón del sur no sólo geográfico sino que cultural, hoy Bolivia está en todo el mundo por las danzas, comunidades bolivianas en casi todos los países. Culturalmente no tenemos fronteras y somos amigos de todos. Además, en estos 12 años, como país, hemos logrado avances importantes. Pongo como ejemplo la Ley de Juventudes, los programas contra la violencia intrafamiliar, los bonos que apoyan a los niños como el Juancito Pinto contra la deserción escolar, o el Juana Azurduy, el de dignidad para los ancianos. Antes, muchos de nuestros profesionales se iban a estudiar afuera y después no volvían pero hoy es diferente. Bolivia está económicamente mejor, políticamente es estable, y culturalmente es grande. Es un orgullo decir que somos bolivianos.

¿Cómo surgió tu participación en este movimiento juvenil?

Yo empecé antes, hace 12 o 13 años, principalmente en temas culturales. Teníamos grupo de batucada y de teatro, dábamos charlas, entre otras cosas. Pero la semilla estaba antes, creo que en 2003, con la Guerra del Gas, que se llamaba el centro cultural patio del arte, dando charlas, teatro. Etc

Mi activismo surge el culturalmente 2005, 2006, incluso un poco antes, esta Revolución de partidos 2003 guerra del gas, estuve junto a mis padres cerca, en las marchas, atendiendo a heridos y ahí surgió la inquietud y la fuerza de ayudar a los demás.

¿Cuáles son los planes a futuro de Iyambae?

A futuro, continuar la lucha, apoyando con todo lo que creamos importante, continuando este reto, de que Bolivia continúe siendo mejor fortaleciendo más, que en poco tiempo seamos una pequeña potencia americana para ayudar al resto y para que toda la región sea más fuerte.

Nosotros mismos nos financiamos, realizamos colectas, hacemos aporte, de dinero.  Bolivia es el país donde mayor reconocimiento hay a los pueblos originarios. Por ahora son tres los idiomas oficiales, más el castellano y uno los puede aprender porque hay cursos de formación en todas las localidades del país.

No queremos retroceder, y vamos a hacer lo imposible para no retroceder, muchos avances para nosotros como campesinos, y yo estoy orgullosa de que me digan campesina aunque actualmente estoy haciendo una maestría en Comercio y Logística Internacional.

Como entidad, buscamos contagiar a otros, de que no es imposible hacer cosas, que si uno falla vuelve a intentar que no hay que ponerse ni muros ni trabas y que esos son los muros que hay que derribar.

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