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A incluir se aprende incluyendo

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El sistema educativo que aún no se adapta para incluir a las personas con discapacidad es una de las causas por las cuales -en muchos casos- siguen siendo invisibles en sus vidas adultas. Una transformación institucional y cultural que desde ACIJ ayudan a acelerar.

Al hablar de Derechos Humanos y de los instrumentos que los promueven y protegen, existen tratados internacionales que incluyen bajo su “paraguas” a todas y cada una de las personas. Pero lamentablemente, todavía son necesarios algunos documentos que velen específicamente por ciertos colectivos que aún permanecen desprotegidos. Tal es el caso de las personas con discapacidad.

Si bien en la teoría, es decir en las normativas y legislación se ha avanzado y se sigue adecuando a las necesidades reales, la práctica de una verdadera inclusión integral todavía viene un paso atrás.

Las personas con discapacidad siguen siendo hoy objeto de discriminación y la discapacidad en sí, la única variable de segregación con respecto a personas que no las tienen. Según el Informe Mundial sobre la Discapacidad (2011), 1 de cada 7 personas en el mundo tiene discapacidad, pero resulta interesante plantearse por qué esa misma distribución no se ve reflejada -por ejemplo- en los lugares de trabajo, en los grupos de amigos o en diversas actividades de la vida cotidiana. Esta pregunta es el eje de la campaña lanzada por la Red Regional por la Educación Inclusiva, (RREI) y a la respuesta que arriban es clara: “Porque no hubo 1 de cada 7 en tu escuela”.

Con este mensaje conciso, pero de alto impacto, el foco de análisis se traslada entonces a entender -y como lo transmiten en la campaña- que “una sociedad inclusiva empieza en una escuela inclusiva”.

Celeste Fernandez, Coordinadora del área Discapacidad y Derechos Humanos de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), organización perteneciente a la RREI, explica que lo que dio origen a esta iniciativa de sensibilización es la “invisibilidad” que este colectivo afronta en la vida social. “Hay un montón de personas con discapacidad, pero evidentemente no están transitando los mismos espacios que quienes no las tienen. En ese sentido, realzamos que esto tiene que ver con la escuela. Porque allí está la base de todo, del desarrollo personal, del progreso social. Si desde chicos nos están enseñando que hay personas que tienen que estar separadas y no aprendemos a convivir con ellas, esa lógica se va a replicar en nuestra vida adulta”.

Si desde chicos nos están enseñando que hay personas que tienen que estar separadas y no aprendemos a convivir con ellas, esa lógica se va a replicar en nuestra vida adulta.

En ese marco, desde ACIJ, entre otros programas, trabajan puntualmente en avanzar hacia el pleno cumplimiento del derecho de las personas con discapacidad a estudiar en la escuela común, primer paso a dar para alcanzar su verdadera inclusión social. Según explican desde la entidad, esto permite “encontrar un valor en la diversidad humana y favorece la tolerancia y el respeto por la diferencia, lo que es esencial en la construcción de ciudadanía para una sociedad más democrática”.

El norte que persigue la labor de ACIJ es la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la cual propone un cambio de paradigma en los enfoques mediante los cuales se trata esta temática. Pasa de un modelo en el que las personas con discapacidad son tratadas como objeto de tratamiento médico, caridad y protección social a otro, en el que son reconocidas como titulares de derechos humanos, capacitadas para reivindicarlos y activas en las decisiones que influyen en su vida. Esta visión considera además, que las barreras de la sociedad, como los obstáculos físicos y las actitudes negativas, a que se enfrentan, son los principales obstáculos para el pleno disfrute de sus derechos.

En su Artículo 24, este documento ratifica el acceso en condiciones de igualdad a una educación inclusiva y a un proceso de aprendizaje durante toda la vida. Pero, ¿qué se considera como “Educación Inclusiva”? Fernandez lo describe en un lenguaje simple: “un sistema educativo inclusivo es aquel en el que todas las personas independientemente de sus características son bienvenidas. Esto requiere que las escuelas se transformen para atender la diversidad de los estudiantes. Y esto no tiene que ver sólo con los estudiantes con discapacidad, sino que es algo que está presente en todas las aulas”.

Según consideran desde ACIJ, el problema radica hoy en el tipo de escuela que existe tanto en Argentina como en la región. “La que hoy tenemos es mas bien homogeneizante. Está pensada para que un tipo especifico de niño reciba educación, y esa caracterización se consideró arbitrariamente estándar. Pero hay una pluralidad que hoy está quedando afuera. La idea de la educación inclusiva, es que la escuela que puede educar en la diversidad, es la mejor escuela”. 

El argumento que hoy dificulta que estas entidades educativas especiales dejen de existir según plantea la normativa vigente es que las comunes, hoy no están preparadas para recibir los nuevos estudiantes.  Frente a esta situación Fernandez plantea una premisa muy clara: “A incluir se aprende incluyendo. Si esperamos a tener la receta mágica que diga que el sistema educativo está listo para incluir, eso no va a suceder”. 

Si bien en la teoría se ha avanzado, la práctica de una verdadera inclusión integral todavía viene un paso atrás.

Para incidir en este proceso de transformación desde ACIJ se valen del poder grupal. “Nos parece que cuantos más seamos mejor, más impacto van a tener nuestras acciones. Entonces trabajamos principalmente por medio de dos coaliciones”. En el plano nacional forman parte del Grupo Artículo 24 por la Educación Inclusiva junto a más de 150 organizaciones en todo el país, desde donde imparten capacitaciones a docentes, a familias, a funcionarios e inciden en las normativas y políticas públicas. “Cuando vemos una norma que afecta ciertos derechos en esta materia, nos acercamos o presentamos un escrito y explicamos por qué esa norma no puede aprobarse” ejemplifica Fernandez.

Como en muchas otras esferas, este tipo de evolución va de la mano de una transición en el plano cultural -y para que sean efectivas- se requieren cambios estructurales. Por eso, las batallas que dan desde las organizaciones sociales se centran muchas veces, en derribar falsas creencias, que están arraigadas en el imaginario colectivo. Para Fernandez, existen diversas causas que lo explican: “No hay voluntad política, porque en general las personas con discapacidad tampoco son una prioridad en su agenda. No sólo en educación, sino en ningún otro tema. Se piensa que no tienen nada para dar a la sociedad, entonces, ¿por qué le vamos a dar una educación de calidad si en general no pueden…?” se pregunta. No obstante, para la especialista, no todo es negativo y destaca el acercamiento de ACIJ al Ministerio de Educación, desde donde -como primer paso aunque simbólico muy significativo- se modificó el nombre de la “Coordinación de Educación Especial” a “Educación Inclusiva”, y desde allí en el año 2016, se Impulsó la Resolución Nº311, la cual introdujo mejoras sustanciales.

El formar parte de la Red Regional por la Educación Inclusiva, le ha permitido a ACIJ no sólo potenciarse mutuamente y reforzar iniciativas locales de manera conjunta, sino que a su vez, ofrece un marco comparativo entre ellos. “La situación de Argentina, no presenta muchas diferencias con el resto de la región. Las barreras que todos enfrentan son muy similares y en todos los países están habiendo avances” aclara. A la hora de hacer un balance, también ofrece una mirada positiva: “Hay más conocimiento de los derechos, más percepción de situaciones como discriminatorias e injustas y más presencia en los medios de comunicación. Eso es un avance porque representa una presión para las escuelas. A su vez, vemos funcionarios públicos con ganas de avanzar, pero de la norma a la practica hay una brecha grande”.

Las batallas que dan desde las organizaciones sociales se centran en derribar falsas creencias que están arraigadas en el imaginario colectivo.

Como modelos internacionales a seguir en esta temática, Fernandez señala particularmente la provincia de Nuevo Brunswick en Canadá, Italia y Portugal en el caso europeo. Como ejemplo más cercano, destaca el país limítrofe de Paraguay ya que allí -a diferencia de otros países ya se está trabajando en la transformación de las escuelas especiales, lo que puede interpretarse como un avance en ese aspecto.


De cerca

Fundada en 2002, la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) es una organización apartidaria, sin fines de lucro, dedicada a la defensa de los derechos de los grupos más desfavorecidos de la sociedad y el fortalecimiento de la democracia en Argentina. Entre esos grupos, se encuentran las personas con discapacidad. Esto los motivó a formar parte de la Red Regional por la Educación Inclusiva, una coalición de organizaciones de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú, y Uruguay. Su objetivo es incidir políticamente a nivel nacional, regional e internacional para que los Estados garanticen el derecho de todas las personas -con y sin discapacidad- a una educación inclusiva, dando cumplimiento a los mandatos internacionales, en particular al artículo 24 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4.


¿Querés ver la campaña de la RREI? Click aquí 

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