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Millennials y Generación Z: ¿Cómo viven la RSE?

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Son los protagonistas de los próximos años. Por eso, es necesario conocerlos y entender qué esperan de las organizaciones y de su RSE. 

Se trata de dos generaciones consecutivas que sin duda marcaron un antes y un después en el vínculo que entablan con las empresas, ya sea como empleados o consumidores. Los que pertenecen a la Generación Z tienen hoy como máximo 24 años y superan en número a sus predecesores los millennials, que son personas nacidas entre 1981 y 1993. Ambos comparten su interés por la innovación, entienden a la tecnología como parte intrínseca de sus vidas y sobre todo adoptaron la utilización de las redes sociales como una forma de vida. Para las organizaciones representan un desafío continuo desde muchos aspectos. Es momento de acercarse para comprender qué piensan, qué buscan y no quedarse atrás en la adaptación de los mensajes que les transmiten y la manera en que se relacionan con ellos. En este verdadero y falso, las claves para entenderlos mejor.

Les preocupan las cuestiones sociales y ambientales, y definen su compra en base a ellas. VERDADERO Y FALSO

Si bien es cierto que el 92% dice que les preocupan las problemáticas que afectan a su entorno, no todos basan su compra exclusivamente en base a ello. Según un estudio realizado por FastCompany, un poco más de la mitad (65%) dicen prestar atención a los esfuerzos de RSE de una empresa al decidir si adquirir sus productos o servicios. Casi nueve de cada 10 (89%) dicen estar preocupados por el planeta, pero creen que las compañías deben ayudar a resolver los problemas urgentes (94%). ¿Qué es lo que les preocupa? La generación Z piensa que las compañías deben priorizar la pobreza y el hambre (28%) como los problemas más acuciantes, seguidos por el medio ambiente (20%) y los derechos humanos (17%). Mientras tanto, hay un dato interesante que surge desde la mirada femenina: las mujeres de 18 a 19 años son el único grupo que dan preferencia a los derechos humanos (25% vs. 17% promedio) sobre la pobreza y el hambre (21% vs. 28%).

Tienen su propia idea de qué significa ser una empresa socialmente responsable.

VERDADERO

Este grupo es más cercano al concepto de RSE. Para ellos, el compromiso de las compañías tiene que ver con ser un buen empleador (97%), al igual que fabricar productos que sean buenos para los individuos y sus familias (95%). También quieren que las empresas ayuden a las personas y al medio ambiente (91%), y que donen a causas en sus comunidades (89%). Si se tiene en cuenta que esta generación supondrá en 2035 el 75% de la población activa en el mundo, estos datos deberán ser tenidos en cuenta por las organizaciones para adecuar sus políticas de recursos humanos y estilos de liderazgo.

Le asignan el mismo valor al trabajo que las generaciones anteriores.

FALSO

Tienen otra percepción del equilibrio entre vida personal y profesional. ¿Por qué? básicamente porque muchos de ellos crecieron con padres ausentes o estresados por el trabajo y no están dispuestos a pasar por lo mismo. Además, son personas que realizan distintas actividades al mismo tiempo, están permanentemente conectados, lo que los lleva a buscar trabajos con mayor flexibilidad e independencia, sin estar restringidos a horarios fijos de oficina. A eso se le suma que no tienen preferencia el trabajo presencial, se guían por los resultados antes que por el cumplimiento estricto de otros requisitos y formalidades. De ahí que los empleadores, tendrán que tener en cuenta este perfil y paralelamente reinventarse para poder atraerlos y mantenerlos entre sus equipos.

Eligen las organizaciones para las cuales trabajar, no esperan que éstas los elijan a ellos.

VERDADERO.

Como empleados tienen un rol más activo que como consumidores. Saben lo que buscan y son más firmes en sus elecciones hasta conseguirlo. A ellos les atraen empresas con una cultura fuerte y valores que sintonicen con sus propios ideales y estilo de vida. En comparación con generaciones previas, los motiva mucho más que el dinero. Se sienten atraídos por la idea de formar parte de algo importante, que contribuya a mejorar su entorno. Cuando las compañías cuenten con estos jóvenes entre sus filas, tendrán que tener una cultura activa y proactiva, caso contrario, éstos seguramente lo detecten rápidamente y se replantearán seriamente su continuidad.

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