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Entrevista con François Vallaeys

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Vallaeys presenta su nuevo manual de Responsabilidad Social Universitaria y habla de la U3S. ¿De qué se trata? Una universidad saludable, solidaria y sostenible. 

Por Victoria Jasler

Diez años atrás el filósofo y profesor francés, François Vallaeys lanzaba un manual de primeros pasos en Responsabilidad Social Universitaria (RSU) que, al poco tiempo pasó a ser material esencial en la biblioteca de quienes trabajaban esa temática. Hoy, la comunidad académica celebra con entusiasmo la llegada de una nueva publicación que, sin dudas, trasciende las páginas impresas para convertirse en una verdadera herramienta de gestión. “Responsabilidad Social Universitaria. El modelo URSULA. Estrategias herramientas indicadores es el título del documento, que ya refleja la evolución por la que ha transitado este concepto a nivel regional.

A la hora pactada y desde Bruselas, Vallaeys se sienta frente a su computadora para concretar esta entrevista por videollamada. En un perfecto español, que no esconde su acento francés y con el lenguaje tan gráfico y didáctico que lo caracteriza, se detiene a analizar los fenómenos de la última década que redefinieron el rol de la universidad y explica el modelo de RSU que desarrollaron desde la Unión de Responsabilidad Social Universitaria Latinoamericana (URSULA), entidad que creó en 2016 y que actualmente cuenta con la adhesión de 180 universidades adheridas en 12 países.

“Estamos en pañales” dice al definir la situación actual de la RSU en América latina, no obstante -y sin perder el optimismo- remarca, “este manual quiere ser parte del paso a paso que va a conducir la comunidad universitaria hacia el Aprender a Aprender”.

¿Cual fue el recorrido de la RSU en los últimos diez años que motivaron a realizar una nueva guía?

En estos diez años pasaron muchas cosas. En 2009, todavía la RSU era una idea muy joven dentro del medio universitario latinoamericano. Muy pocas de estas entidades se habían atrevido a hablar de esto, ya que era un enfoque diferente frente a la famosa “Tercera Misión” de la universidad, es decir la de Extensión.

Todavía en esa época había mucha resistencia de tipo ideológico. Por el lado de la derecha se temía que la universidad comience a ser una fuente de contestación abierta al sistema. Por el lado de la izquierda, el mismo concepto de Responsabilidad Social (RS) -que proviene del lado empresarial- generaba la sospecha que era el neoliberalismo, el que trataba de imponer su gestión empresarial en las universidades públicas o autónomas. Para mi, era un poco gracioso porque tenia que defender la RSU frente a la derecha y frente a la izquierda.

El movimiento cobró una nueva fuerza cuando en el año 2012 la UNESCO decidió crear el Observatorio Regional de Responsabilidad Social para América Latina y el Caribe (ORSALC) y cuando se realizaron los Congresos Internacionales de Responsabilidad Social, los “CIRS”. En ese marco, se creó realmente todo un movimiento positivo, una vez que la gente entendió que no era ni peligroso, ni para un lado ni para otro, sino mas bien, un nuevo modelo de universidad más legitima y más socialmente activa. (Ver recuadro: Impulso a la RSU).

En 2016, gracias a la CAF, el Banco de Desarrollo de América latina, logré crear la Unión de Responsabilidad Social Universitaria Latinoamericana (URSULA), que en estos tres años ha tenido mucho éxito. A la fecha tenemos 180 universidades adheridas en 12 países.

 ¿Qué es lo que diferencia a este manual de la anterior publicación?

El manual de primeros pasos, ha tenido mucho éxito porque fue la primera herramienta que daba -no solamente una definición y una aclaración conceptual- sino también herramientas de gestión que, a su vez, distaban mucho de las clásicas utilizadas por la RSE. Es decir, están totalmente dedicadas y concebidas a la realidad de la universidad latinoamericana. La particularidad de este nuevo documento, es que analiza muy bien cuál es el problema que impide a las autoridades y a los docentes meterse en RSU. Es decir, la mala comprensión del concepto. Creo que todavía hay una comprensión “fofa” que hace que sigamos mas o menos dependientes de la noción de extensión, cuando en realidad la RSU pretende abarcar todos los procesos de forma transversal y universal, en la Formación, la Investigación, la Gestión y en la Extensión también.

Se necesitaba articular todo lo que había sucedido en los últimos años, por lo que ya no es un manual de “primeros pasos” sino un cuaderno universitario. Hoy día somos lo suficientemente sólidos para presentar un “Modelo de ser universidad en Latinoamérica”.

En comparación al primero, además, es mucho más afirmativo, profundo, toma en cuenta una cosa maravillosa que se creó durante ese tiempo: los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Así, se alinea con ellos y tiene una finalidad a la cual dirigir todo el itinerario de gestión universitaria. Eso para nosotros es muy práctico.

Este manual quiere ser parte del paso a paso que va a conducir la comunidad universitaria hacia aprender a aprender, porque yo me di cuenta de algo muy penoso: nuestras universidades saben enseñar, pero no saben aprender. Los cambios son muy lentos, por eso, esta publicación y URSULA en general, buscan ser un proyecto de aceleración del cambio, una palanca de cambio universitario.

¿Existe un modelo autóctono de RSU? Es decir, una mirada regional adaptada a nuestras propias realidades y necesidades.

La RSU nació en América latina. Desde el inicio es un concepto nuestro, a diferencia de la RSE que surgió en el primer mundo o norte global, como se llama. La RSU se gestó con el espíritu de la Reforma de Córdoba, con la idea de una universidad que no solamente pretende formar e investigar, sino tambien participar en el cambio social. De entrada, es autóctono y no tuvimos que “tropicalizarlo”. Tanto es así que, con visiones totalmente diversas, los actores latinoamericanos reconocen el concepto como suyo.

Frente a lo que puede hacerse en España y Francia, México y otros lugares, aquí la mirada local es más social que ambiental. No tiene miedo a salir a trabajar en el campo con los estudiantes, porque es lo que hacemos desde hace mucho tiempo y esto es compartido por los países del Sur Global. Así, nos hemos encontrado muy rápido en afinidad con el movimiento UBUNTU, proveniente de África del sur, que sigue la filosofía de Nelson Mandela y que forma a jóvenes en situación de crisis social en liderazgo de servicio.

Los especialistas hablan de una carrera contra el reloj, de la “Emergencia climática”, del “Titánic planetario”. En paralelo, se plantean alternativas de solución que tienen que ver con cambios sistémicos y culturales, que sabemos, son procesos de largo plazo. ¿Estamos a tiempo de revertir esta crisis?

Es una pregunta cruel porque la verdad tengo dos lados míos en contradicción. Por el lado filosófico y de la lucidez estoy muy pesimista, pero por ser profesor, por tener un papel de liderazgo y de ejemplaridad frente a muchas personas y sobre todo frente a los jóvenes, sé que está prohibido ser pesimista. La esencia misma de la educación es la esperanza de que el alumno va a superar al maestro y que la sociedad va a mejorar a través del proceso de culturalización. Esto me conduce a la necesidad de acelerar, ya que estamos en un momento crucial. Creo que el jaque mate de la RSE es justamente no haber visto ese ecosistema de organizaciones que debían meterse absolutamente en el combate cultural por ese cambio. Y la universidad -por definición- está ahí en primer plano, porque no es solamente un tema de gestión sino es tambien de formación de una nueva cultura.

Este modelo de universidad ¿es el que definen en el manual como U3S: Saludable, Solidaria y Sostenible?

Si, dentro del manual hablo de la U3S porque al mismo tiempo, que es un cambio en la gestión, tiene que ser un cambio cultural. Y sin que ello suceda, ninguna organización va a hacer otra cosa que greenwashing o coleccionar certificados por aquí y por allá, pero no va a meterse profundamente adentro de las transformaciones sistémicas que se necesitan.

En 2018 desde URSULA realizaron una investigación de la que se desprende que los ODS no están aun muy insertos en la Universidad. ¿Por qué? ¿Donde está la falla?

Los ODS se lanzaron en el año 2015, entonces hacer una investigación continental introduciendo el parámetro de “Inclusión curricular de los ODS”, solamente tres años después, es obviamente, tomar el riesgo de que estas entidades se encuentren un poquito en falla frente al tema. Sabemos que la universidad no es tan reactiva como la empresa, se toma su tiempo y antes de hacer una modificación curricular necesita estudiar bien el asunto y eso es normal. Además, no nos olvidemos que buena parte del papel de la universidad es el de transmitir la cultura. Por ello, no puede ser un think tank revolucionario permanente, necesita estabilidad, pensar el largo plazo.

Por otro lado, para URSULA era primordial resaltar esta contradicción entre el discurso de las empresas y de las universidades. Hoy día todo el mundo habla de los ODS y está muy de moda, pero la realidad es que el contenido de las enseñanzas todavía deja mucho que desear.

En la guía proponen incorporar el ODS Nº18: “La empatía activa por la vida”. ¿De qué se trata?

El ODS 18, viene de la Asociación para la Niñez y su Ambiente (ANIA), de la cual somos socios.  Esta organización peruana hace un trabajo magnifico en volver a cultivar la tierra dentro de los colegios primarios y secundarios, tomando a la Pachamama como la maestra. Creemos que es el ODS faltante para volver al tema de la cultura. Si no tenemos nuevo patrón cultural para atrevernos a ser los grandes cambios que hay que hacer, no se van a hacer.

¿Cómo describe el modelo de gestión de RSU de URSULA?

El manual está divido en 3 partes muy distintas. El primer capitulo se dedica a el tema de la comprensión, es conceptual. Ahí peleo contra esta falta de entendimiento que es fatal. La gente no entiende lo que es RSU y la confunde con acciones solidarias, al igual que sucede con las empresas. Creen entender y están muy tranquilos con su visión filantrópica. Allí hago una diferencia entre Compromiso Social y Responsabilidad Social. El primero es muy bueno, pero tenemos que ser mas firmes y más contundentes diciendo que la RS va más allá. Pero, si soy responsable y no tengo compromiso, me pueden demandar. En ese sentido, la responsabilidad implica una dimensión jurídica, no voluntaria, que no tiene la noción de compromiso, que -por definición- es una promesa que uno hace.

La segunda parte presenta el modelo de la U3S e incluye muchas preguntas duras, vinculadas a que nos referimos con: saludable solidaria y sostenible. Respecto de lo primero, apuntamos por ejemplo a la comida que se ofrece; Solidaridad porque ese es el corazón de la RS, es la premisa de servicio, la investigación en y con la comunidad; Sostenible es porque es el otro corazón de la RS, un campus innovador que logra utilizar las nuevas tecnologías para ser un ejemplo vivo de esa sociedad a la cual anhelamos.

El tercer capitulo incluye las herramientas que van a permitir poner en practica este modelo de 12 metas socialmente responsables, a través de 66 indicadores de desempeño. Retomamos, además, las encuestas de percepción a los grupos internos del primer manual, pero con algunas adaptaciones.

¿Tuvieron ya oportunidad de implementar el modelo URSULA en alguna universidad?

Todavía no porque la guía acaba de salir, sin embargo, hemos realizado una investigación continental para tener un estado del arte. Así, 80 universidades se prestaron a este autodiagnóstico y nos dieron información muy importante para entender que estamos todos en pañales. La herramienta consta de cinco niveles y ninguna de las metas de las entidades que participaron, supera el nivel tres. Muchas terminaron con un nivel dos, que refiere a acciones sueltas, pero todavía sin políticas consolidadas sobre esa temática. Considero que esto habla bien de la herramienta porque demuestra que no es fácil y no es simplemente para certificarse y recibir su premio. La próxima etapa que vamos a comenzar, es la de asistencia técnica en las universidades para trabajar a fondo con ellas.

¿Es posible implementar este modelo también en las escuelas?

Por supuesto, porque la RS escolar es bastante parecida a la universitaria. Toda lo referido a la formación y la participación social es aplicable.

En épocas de crisis económicas donde los presupuestos de las entidades educativas merman ¿es una oportunidad para desarrollar la RSU o por el contrario se dificulta?

Para mi es una oportunidad y por eso insisto mucho en este manual el aspecto de la innovación. La RSU conduce necesariamente a ella, puede ser un gran motor para incubar nuevas empresas dentro del mismo campus para llevar adelante la U3S. Se puede generar una economía en base a la RSU y una auto sustentabilidad de proyectos universitarios a través de nuevas empresas. Yo insto a no caer en la trampa de ver la solidaridad como un costo, sino también como una ganancia.

¿Cómo se imagina una tercera guía de aquí a diez años?

Si la vida hace que esté acá todavía, sería muy lindo ya que es la fecha límite de los ODS. Podríamos ver en vivo y en directo, no solamente el destino que las universidades tuvieron con el modelo URSULA, sino también el destino del planeta. Algo tiene que suceder, ya que la insostenibilidad no es solamente ambiental, es social y desde luego económica. Un nuevo modo de compartir el planeta, las riquezas y nuestra humanidad entre todos, tiene que ser inventado y no me imagino otro lugar para inventarlo que no sea la universidad.

El estudiante es para mi la clase social bisagra que ya tiene voz, voto, conciencia científica, capacidad de actuar pero que no está acomodado en esa sociedad como para tener miedo al cambio. Imaginemos que un 20% de las tareas didácticas tengan un fondo social y ambiental, ya estaríamos haciendo la revolución. Una revolución, sin gurús, sin violencia, pero con mucha innovación, ciencia, tecnología aplicada, investigación, acción, trabajo en comunidad. Un montón de todos esos pequeños actos, es lo que necesitamos. Es una revolución de ecología política, que parte de los territorios, de la solución de los problemas de proximidad y que debe ser una revolución cariñosa tanto con los seres humanos como con la naturaleza. Ojalá que, en 2030, podamos decir que ganó la ternura sobre la estupidez humana y que hemos pasado del Titánic planetario, al Arca de Noé.

 

Impulso a la RSU
François Vallayes fue uno de los especialistas más destacados en cada una de las tres ediciones de los Congresos Internacionales de Responsbabilidad Social (CIRS), organizados por Fonres y FORS, en conjunto con la Universidad de Buenos Aires, la Facultad Regional La Plata de la Universidad Tecnológica Nacional y el Instituto Superior de Control de la Gestión Pública de la Sindicatura General de la Nación. Tal como menciona en esa nota, estos eventos, sumado a la creación del ORSALC de UNESCO del cual FORS y FONRES tambien fueron integrantes hasta el 2018, dieron impulso a la RSU en la región. Cada una de sus disertaciones, fue ampliamente celebrada por la comunidad académica, dejando no solamente miles de aplausos, sino los ejes de trabajo que marcaron la agenda de la temática para los próximos años.

 

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