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La igualdad como meta

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Un análisis sobre la igualdad de género en la administración pública para la gobernabilidad en el mundo post pandémico.

Por: Prof. Olivia Sokol, Responsable del Área de Indicadores & Género de FORS. indicadoresygé[email protected]

La emergencia por el COVID ha puesto de manifiesto que existen problemáticas sociales, económicas y culturales aún no resueltas en el entramado de nuestra sociedad. Así advertimos que la mayor dificultad no estuvo dada por la aparición de una enfermedad nueva y de condiciones de crisis, sino que radicó en la magnificación de los problemas preexistentes, producto de estructuras débiles en distintos sectores de la sociedad.

En este marco, la desigualdad de género y los impactos diferenciales de la crisis en varones y mujeres, son parte de esos problemas que se amplificaron. La autonomía económica y física de las mujeres se ha visto afectada en distinta medida para todo el mundo y en especial para nuestra región. ¿Las causas? pérdida de empleo, precarización laboral en el ASPO, violencia de género en contextos domésticos de aislamiento, fin de la elasticidad del tiempo de las mujeres a cargo de las tareas domésticas y de cuidado, entre otros.

En consonancia con esto, la actual presencia femenina en puestos de toma de decisión y en la gestión pública, cobra una relevancia crucial en el mundo post pandémico. Especialmente porque la administración pública es la base fundamental de los gobiernos y el lugar central desde donde los programas y políticas públicas son implementados. Además, porque en muchas partes del mundo es el mayor empleador de mujeres. Y, por último -pero no menos importante- es que ellas deben participar de la toma de decisiones de manera igualitaria a sus pares varones para asegurar desarrollo inclusivo. Entre más inclusión con equidad exista en estos sectores, más democracia se va a construir.

En noviembre de 2020, el PNUD, publicó un Informe sobre igualdad de género en la administración pública (GEPA por sus siglas en inglés) de América Latina y el Caribe (en adelante, ALyEC). Este, toma datos desde el 2017 a la actualidad y hace una profunda reflexión sobre la participación de varones y mujeres en la administración pública de la región y sus implicancias. En palabras de José Cruz Osorio, Gerente del Eje Regional del PNUD en la región, “dar conocer los resultados de la recolección de estos datos tiene como fin apoyar el empoderamiento de las mujeres, expandir su participación y liderazgo en las instituciones públicas y contribuir a la disponibilidad de información sobre la situación de género en la Administración Pública” (Fuente: Lanzamiento de reporte GEPA). La igualdad como meta, está inscripta en la agenda 2030 de los ODS y es la base necesaria para un futuro pacífico y sostenible.

A pesar del progreso, actualmente estamos por debajo del nivel de paridad en la administración pública. En el reporte, se exponen los resultados de una extensa investigación en 17 países de ALyEC, analizando la presencia de las mujeres en las administraciones públicas basada en datos nacionales, lo que proporcionó información actualizada de los obstáculos presentes en ese camino. En líneas generales, en la mayoría de los países sigue existiendo una brecha de género  -especialmente en los niveles de toma de decisión alto- ya que hay solo un 42% de mujeres en la administración pública. Además, en la presentación de este informe, la investigadora de CONICET, Ana Laura Rodríguez Gustá, hizo mención a la escasa presencia de mujeres en Gabinetes y Directorio de los Bancos Centrales, que alcanzaba el 8% en el 2015. Mientras que el porcentaje de ministras -según los últimos datos de CEPAL- es de 28.5%, es decir, no llega a un tercio.

En la región latinoamericana entre el 2000 y 2010, el Estado ocupó a un 10.7% del total de la población trabajadora, del cual un 51% fueron mujeres (OECD y BID 2014). Si indagamos en el nivel educativo, 40% de las mujeres alcanzó la educación terciaria, mientras los hombres un 29%, es decir, el Estado es un lugar de contratación de mano de obra femenina altamente calificada. Al respecto existe una correlación sin causalidad, pero igualmente interesante, que vincula una mayor presencia de mujeres cuando el sector público orienta la búsqueda hacia personal capacitado, en el marco de una administración más formalizada con criterios universales (Weberian Bureaucracy Index 2015).

En Argentina el informe GEPA da cuenta, además, de la brecha existente relación con las carteras ministeriales. En los cargos superiores, que incluyen ministros/as, secretarios/as y subsecretarios/a, la representación de las mujeres es de 31.6%, y sus pares varones 68.4%. Por su parte en los cargos de director/a o coordinador/a nacional las mujeres están representadas en un 45.5% y los varones en un 54.5%.

A pesar de esto, el mismo informe reconoce dos aspectos positivos de la nueva gestión de gobierno de nuestro país en lo que respecta a la presencia igualitaria en la administración pública. Por un lado, la creación de un Gabinete Nacional para la Transversalización de Género, que incluye el Cupo Laboral Travesti Trans en el Sector Público Nacional, y la implementación la Ley Micaela que establece la capacitación obligatoria en violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública, en los tres Poderes de la Nación.

La igualdad de género es clave para lograr políticas efectivas y eficaces en el mundo post pandemia. No solo porque la participación femenina en la administración pública está relacionada positivamente con el desarrollo económico, sino porque nos permitirá afrontar con resiliencia los efectos sanitarios, económicos y sociales del COVID 19 en nuestra región. De este tipo de estudio se resalta la importancia en la transparencia y la recolección de datos desagregada por sexo con respecto a la igualdad y paridad a la hora de recabar datos, esto nos ayuda clarificar la situación de las mujeres en la administración pública y es indispensable a la hora de proponer soluciones. Una sociedad más equitativa y sostenible exige la intervención de las mujeres para expandir las democracias.

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