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Pandemia: ¿Cómo sobrevivieron las cooperativas?

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Desde el corazón de la Economía Social y Solidaria un relato en primera persona para conocer la experiencia de las cooperativas a raíz de la crísis por la pandemia.

Por: Silvia Peñaloza – Presidenta del Instituto de Financiamientos de Cooperativas de Trabajo de la Provincia de Córdoba.

Para poder contextualizarnos, está bueno empezar desde el 10 de Diciembre del año 2019, donde las cooperativas estábamos en la Plaza de Mayo con un montón de expectativas y proyectos, convencidos de que era la hora de la economía social y solidaria.  Veíamos con muchas esperanzas el hecho de que las cooperativas de trabajo pasarían de la órbita de Desarrollo Social al Ministerio de la Producción. Eso significaba que el Estado finalmente, nos había escuchado y que nos empezaba a mirar como un motor importante de la producción.

Sin embargo con la pandemia, todos esas expectativas de asociativismo y de redes que teníamos en nuestra agenda se vieron forzadas a pausarlas porque la principal temática de nuestra agenda fue cómo iban a sobrevivir los y las cooperativistas en el día a día. Desde nuestra Federación comenzamos a elaborar diferentes soluciones para cada problema que se nos presentaba en el desarrollo diario de las cooperativas: cómo lograr conseguir los alimentos básicos para cada trabajador y trabajadora de las cooperativas hasta gestionar programas y ayudas del Estado en todos sus niveles para la supervivencia de las mismas.

Desde la economía social seguimos levantando las banderas de que somos empresas totalmente democratizadas, que le rendimos cuentas a las comunidad y que tenemos una responsabilidad social directa con nuestro pueblo y aún más en este contexto donde debemos ser solidarios y solidarias.

El mayor desafío era cómo ayudábamos a las cooperativas de trabajo que estaban dentro de los rubros declarados no esenciales y que paralizaban sus actividades -y por ende- sus ingresos económicos también. Es por ello que trabajamos incansablemente para adquirir líneas de financiamientos para aquellas cooperativas que estaban paralizadas por la cuarentena estricta.
Por otra parte, las cooperativas que sí podían seguir realizando sus trabajos diarios, se vieron obligadas a incrementar notablemente sus gastos en materia de elementos de higiene que las autoridades sanitarias exigían  en ese entonces. Para ello, también hubo un acompañamiento de todas las federaciones de la economía social y solidaria, para contener a nuestros compañeros y compañeras cooperativistas sumado a esto las ayudas del gobierno nacional.

Las cooperativas de trabajo acompañamos todas las medidas del gobierno nacional destinadas a paliar la crisis producida por el contexto pandémico. Sin embargo, no dejamos de reclamar por lo que creíamos que nos correspondía por derecho. Por eso salimos a discutir en las mesas del gobierno las ayudas como los créditos, los subsidios e incluso los ATP y el IFE. En este sentido, no
podíamos comprender que si producimos igual que una empresa privada, lo que venía del Estado para nosotros era mucho menos que lo que el Estado Nacional aportaba al sector privado. Es por ello que luego de muchas discusiones y debates en torno a esta problemática, nuestros representantes a nivel nacional lograron conquistar programas que sólo eran para las empresas.

Desde la economía social seguimos levantando las banderas de que somos empresas totalmente democratizadas, que le rendimos cuentas a las comunidad y que tenemos una responsabilidad social directa con nuestro pueblo y aún más en este contexto donde debemos ser solidarios y solidarias.

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