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Finanzas con perspectiva de género

Juliana di Tullio
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Entrevista a Juliana di Tullio

Un recorrido por las transformaciones que se están dando dentro del sistema financiero y en el Banco Provincia de Buenos Aires. Acciones que son punto de partida del cambio cultural clave para eliminar la brecha de género.

“El sistema financiero es el lugar por excelencia donde hay que dar la discusión y la pelea contra el partriacado”, enfatiza Juliana di Tullio, directora del Banco Provincia de Buenos Aires. En este diálogo con Alessandra Minnicelli para el Programa 40 Minutos de RSE (Canal 22, Miercoles 22 hs, wwwcanal22web.com), Juliana Di Tullio relata los dos hitos más destacados de la gestión en cuanto a la temática de género: la creación de una Comisión de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual y la Gerencia de Mujeres, Géneros y Diversidad. Ambas son coordinadas por ella y marcan un antes y un después en la incorporación de la perspectiva de género en el sistema financiero. 

El impulso de estos dos nuevos espacios significa un cambio cultural y operativo histórico en uno de los ámbitos más controlados por el patriarcado, como es el mundo de las finanzas y el sistema bancario. Así, desde la comisión se ocupan de promover las políticas de género en el Directorio, mientras que la gerencia se encarga de concretar las acciones necesarias para implementarlas en toda la institución.

Ocupar estos puestos reafirma el compromiso que di Tullio mantiene con la militancia del feminismo desde su juventud. Como Diputada provincial por la provincia de Santa Cruz, fue la primera presidenta mujer del oficialismo en la historia de la Cámara de Diputados y Diputadas de la Nación. Además, desde su rol embajadora frente a organismos internacionales le tocó ser protagonista de los diversos cambios sociales que el gobierno tuvo que interpretar y convertir esos derechos en ley. 

Desembarcaste en un banco donde has manifestado muchas veces que es una de las instituciones más machistas que hay. ¿Cómo fue el camino para empezar a construir la paridad de género? 

Fue un desafío enorme, para poner en contexto soy la tercera directora de esta entidad en dos siglos. Se trata del primer banco de la República Argentina, previo incluso a la constitución. Es el alma, el corazón, la sangre del patriarcado. El sistema financiero es el lugar por excelencia donde hay que dar la discusión y la pelea. Lo digo con dolor, porque a mí me pasó. Hasta hace tres años, cuando entré como directora de la oposición, no existía ni siquiera un protocolo de atención de víctimas de violencia o acoso laboral, tampoco tenía una gerencia de Mujeres, Géneros y Diversidad sexual, ni una Comisión de Mujeres, Género y Diversidad como las que hemos creado con el fin de pensar en transversalidad todos los productos que tiene el banco y tratar de cambiar al sistema financiero. Yo creo que las mujeres peronistas abrazamos la ley de la Justicia Social, de la independencia económica y la soberanía política y por ende también el feminismo. Por eso, debemos prestarle mucha más atención al sistema financiero, que es absolutamente violento con las mujeres en todo sentido. 

¿En dónde se puede ver esa violencia?  

Por ejemplo, cuando un banco nos elige, nos busca con muy lindas palabras bajo el nombre de “buenas prácticas para la inclusión financiera”.  Esa inclusión está muy bien siempre y cuando el sistema -sobre todo desde la responsabilidad que tiene un banco público- no sea sobre endeudar a las mujeres, no sea ganar y tener rentabilidad a costa del dinero que ellas producen. Nosotras tenemos poco acceso al sistema financiero, sólo una mujer de cada tres hombres. Por eso es un tema sobre el que hay que discutir muchísimo y no ahondar las diferencias entre varones y mujeres, como la pobreza, la desocupación. 

 

¿Cómo es el rol de la mujer dentro del sistema financiero? 

Las mujeres somos las más pobres porque ganamos menos y además porque repartimos nuestros ingresos con la familia. Gastamos poco en nosotras mismas. Estoy hablando en términos binarios y hacerlo dentro el sistema financiero ya es una revolución. No estoy hablando de incorporar todas las identidades sino de las mujeres. Ni bien asumimos no había ninguna mujer en la Gerencia General, ahora de los 12 puestos de sub gerentes generales, tres son mujeres. Con esto se cumple el treinta por ciento del cupo, pero alcanzarlo nos lleva un esfuerzo enorme a pesar de que estamos en un marco donde hay voluntad política pero también un enorme entramado cultural. La esencia del sistema financiero en sí mismo es el lenguaje del poder, del dinero, de los negocios. 

 

¿Cómo es la situación en términos de igualdad salarial? 

No hay en ningún ámbito donde se de esta igualdad y mucho menos en el sistema financiero. Hay una división sexual del trabajo muy marcada, las mujeres ocupan muchas horas de su día haciendo tareas de cuidado en sus hogares con lo cual pueden realizar pocas horas extras, tampoco cuentan con tiempo para capacitarse y lograr una carrera bancaria mucho más ágil como tiene cualquier varón. Efectivamente cumplimos el 50 por ciento de trabajadoras, pero ocupan los cargos más bajos: atienden al público, cajeras, callcenter, no están presente en los puestos de decisión. Dentro de las 700 delegaciones y sucursales del banco, menos del 1% son mujeres y en los centros zonales solamente dos de los 14 están a cargo de mujeres. Son números difíciles.

 

¿De que manera trasladaron esta mirada puertas afuera del banco? Es decir, en la instalación de productos financieros para atender las demandas de las mujeres.

Hay dos niveles. Primero existe una gran preocupación por el sobre endeudamiento que tienen las familias bonaerenses y no es solamente con el sistema financiero. 

Durante los cuatro años del macrismo hubo muchísimas familias que se endeudaron para pagar los servicios, la comida. Es una situación que todavía no se pudo revertir y estamos pensando de qué manera podemos acompañar ese desendeudamiento con tasas subsidiadas. Por otro lado, tenemos una empresa que depende del banco para aquellas personas que no tienen la capacidad de ser una clienta o cliente porque están en la informalidad total. Les otorgamos microcréditos con una tasa muy por encima de la que se encuentra en el mercado. 

 

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