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Ngozi Okonjo-Iweala: Una mujer en el núcleo del poder internacional.

Ngozi Okonjo-Iweala
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Cuando ingresa a una reunión no pasa desapercibida. No sólo por los estridentes colores de su vestimenta típica de Nigeria, de donde es oriunda, sino -según cuentan quienes la conocen- por su gran personalidad y liderazgo. 

Desde 2021, Ngozi Okonjo-Iweala, es la primera mujer y primera africana en estar al frente de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Su llegada se dio en un momento crucial para el futuro del organismo, ya que debió enfrentarse a grandes desafíos: el multilateralismo en baja, un entorno económico cambiante y en medio de una pandemia sin precedentes. Pero, sobre todo, debió tomar las riendas en el enfrentamiento entre EEUU y China en el plano comercial. 

A sus 68 años, es experta en finanzas, economista y profesional en la esfera del desarrollo con más de 30 años de experiencia laboral. En su larga trayectoria, siempre logró destacarse, ya sea por sus calificaciones en sus años de estudio o a través de los resultados obtenidos en su carrera profesional. 

Okonjo-Iweala se licenció en Economía con la calificación magna cum laude en la Universidad de Harvard (1976) y se doctoró en Economía Regional y Desarrollo en el Massachusetts Institute of Technology (MIT, 1981). Además, desde hace años forma parte de las listas de mujeres más influyentes que elaboran publicaciones como Fortune, Time, Foreign Policy, Forbes o Newsweek. 

En Nigeria emprendió una dura batalla contra la corrupción y lideró grandes reformas económicas, lo que le valió no solo serias amenazas de muerte e incluso el secuestro de su madre. 

En su país también marcó hitos históricos. Ejerció como Ministra de Hacienda de Nigeria en dos ocasiones (2003-2006 y 2011-2015) y fue brevemente Ministra de Asuntos Exteriores en 2006, siendo la primera mujer en ocupar ambos cargos. En su rol de Ministra de Hacienda, dirigió las negociaciones con los acreedores del Club de París que dieron lugar a la supresión de deuda de Nigeria por valor de 30 mil millones de dólares, incluida la condonación definitiva de 18 mil millones de dólares. Luego, lideró la reforma que aumentó la transparencia de las cuentas públicas y fortaleció las instituciones frente a la corrupción. Además, se puso al frente de una reforma de la política comercial, lo que permitió a su país aumentar su competitividad.

Visión de líder

Las diversas publicaciones que describen su personalidad coinciden en algunas características. “Cree firmemente en la capacidad del comercio para sacar de la pobreza a los países en desarrollo y ayudarlos a lograr un crecimiento económico y un desarrollo sostenible sólidos” afirman en la página oficial de la OMC. 

“Es muy buena buscando apoyos y gestando consensos”, subrayan desde el Banco Mundial. También la retratan como a alguien que no se amedrenta fácilmente por los retos. Sin embargo, el rasgo más llamativo es su pertenencia al establishment internacional pero que a la vez, se conforma en un factor progresista para introducir cambios en ese entorno. Durante su paso por el Banco Mundial fue una gran defensora de la diversidad y dio un gran apoyo a una asociación LGTBI dentro de la institución. También como número dos del Banco puso su empeño en evitar el contagio de la crisis financiera de 2008 a los países en desarrollo.

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