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El futuro es digital

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La digitalización es clave para la transición hacia un modelo de desarrollo más inclusivo y sostenible. Sin embargo, los países de América Latina y el Caribe aún enfrentan retos estructurales que dificultan la adopción efectiva de las tecnologías digitales. El nuevo informe de CEPAL analiza este contexto.

El acelerado avance de las tecnologías digitales y la creciente transversalidad de sus aplicaciones han impulsado procesos de transformación a escala mundial que están repercutiendo en el conjunto de la economía y la sociedad. La pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) marcó un punto de inflexión en la intensidad de uso de las soluciones digitales, que se constituyeron en una herramienta fundamental para la continuidad de las actividades sociales y productivas frente a las restricciones de presencialidad y movilidad que se establecieron durante la emergencia sanitaria. 

La mayor adopción de tecnologías digitales, especialmente las más avanzadas asociadas al uso intensivo de datos y soluciones inteligentes, está generando disrupciones en los modelos de consumo, de negocios y de producción, que habilitan nuevas formas de creación de valor con potenciales efectos en el bienestar de las personas, la competitividad de la economía y el cuidado del medioambiente.

La mayor adopción de tecnologías digitales, está generando disrupciones en los modelos de consumo, negocios y producción, que habilitan nuevas formas de creación de valor con efectos en el bienestar de las personas, la competitividad de la economía y el cuidado del medioambiente.

Así, la digitalización se considera un instrumento clave para la transición hacia un nuevo modelo de desarrollo más inclusivo y sostenible. Sin embargo, los países de América Latina y el Caribe aún enfrentan una serie de retos estructurales que dificultan la adopción efectiva de las tecnologías digitales. 

Para analizar este contexto en profundidad, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), presentó a fines de 2022 el documento “Un camino digital para el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe”. 

La publicación afirma que para una transformación digital inclusiva y sostenible es preciso avanzar en cinco líneas de acción que apunten a generar las condiciones habilitantes para una sociedad digital para todos, desarrollar soluciones digitales inclusivas e inteligentes para el bienestar, impulsar la transformación digital productiva y sostenible, establecer una gobernanza adecuada para la era digital, y fortalecer la cooperación e integración digital regional.

José Manuel Salazar-Xirinachs Secretario Ejecutivo de la CEPAL, advirtió durante su presentación que las brechas de conectividad condicionan la inclusión social y subrayó que los hogares no conectados en el quintil de menores ingresos triplica a los del quintil de mayores ingresos.

Para una transformación digital inclusiva y sostenible es preciso avanzar en líneas de acción que apunten a:

  • Generar las condiciones habilitantes para una sociedad digital para todos. 

  • Desarrollar soluciones digitales inclusivas e inteligentes para el bienestar 

  • Impulsar la transformación digital productiva y sostenible. 

  • Establecer una gobernanza adecuada para la era digital. 

  • Fortalecer la cooperación e integración digital regional

Precisó que la cantidad de hogares sin conexión y el precio de los dispositivos y los servicios varían notoriamente entre los países de América Latina y el Caribe y destacó la propuesta de canasta básica digital elaborada por la CEPAL, que está compuesta por una computadora portátil, un teléfono inteligente y una tableta, además de los servicios de banda ancha fija y móvil, como alternativa para otorgar una conexión efectiva a los hogares que no pueden acceder a dichos servicios.

“El costo asociado a la canasta puede representar un porcentaje significativo del ingreso de los hogares, en particular de los pertenecientes a los quintiles más vulnerables. En algunos casos, alcanza un 44% de los ingresos, lo que refleja la gran dificultad que tendrían los hogares más pobres para acceder a una conectividad adecuada y refuerza la necesidad de apoyar este tipo de iniciativas con subsidios y una correcta colaboración público-privada”, subrayó Salazar-Xirinachs. 

Una hoja de ruta

El documento presenta una propuesta de hoja de ruta para abordar los desafíos de la era digital, que se articula y complementa con la nueva Agenda digital para América Latina y el Caribe (eLAC 2024), una estrategia con miras a 2024, que plantea el uso de tecnologías digitales como instrumentos de desarrollo sostenible. 

En ese sentido, se busca contribuir al debate y la acción para el despliegue y uso de las tecnologías digitales a nivel nacional y regional, con el fin de apoyar procesos de desarrollo inclusivos y sostenibles. Su contenido se organiza en cinco capítulos. En el primero se exponen los principales cambios mundiales impulsados por la digitalización. 

En el segundo se hace un balance de las condiciones habilitantes asociadas con la infraestructura y las habilidades con las que cuenta la región para promover una transformación digital sostenible e inclusiva. 

En tercer lugar, se analizan los avances y desafíos en áreas clave para la aceleración de la digitalización, como el sector productivo, el gobierno, la transición verde, el empleo y el mercado laboral y las ciudades inteligentes. Seguido de ello, se revisa el estado de las agendas digitales en la región, en particular en lo referente a nuevos temas emergentes, y se presentan recomendaciones para mejorar la gobernanza, las alianzas y fortalecer la cooperación regional y el proceso hacia un mercado digital regional. Y en el quinto y último capítulo se presentan algunas recomendaciones de política, articuladas en cinco líneas de acción, para avanzar en una transformación digital inclusiva y sostenible.

En conjunto, los autores señalan que las posibilidades de delinear nuevos senderos de desarrollo sostenible para los países de América Latina y el Caribe dependerán, en buena medida, de la manera en que las sociedades, los sectores productivos y los Gobiernos adopten las tecnologías digitales.

La gobernanza digital debe procurar la construcción de un Estado de bienestar y prosperidad, impulsado por un modelo de consumo y producción inclusivo, competitivo y sostenible, y basado en el uso, la apropiación y el desarrollo de las nuevas tecnologías. 

“Los profundos cambios que está propiciado la transformación digital en los modelos de interacción social, de consumo y de producción exigen, por lo tanto, marcos regulatorios y de formulación de políticas destinados a generar las condiciones adecuadas para que los Gobiernos, los consumidores, los productores y la ciudadanía desarrollen nuevas capacidades, generen valor y se conviertan en participantes activos de la sociedad”, afirman los autores. 

“La gobernanza digital debe procurar la construcción de un Estado de bienestar y prosperidad, impulsado por un modelo de consumo y producción inclusivo, competitivo y sostenible, y basado en el uso, la apropiación y el desarrollo de las nuevas tecnologías. Para ello es necesario abordar la inclusión, igualdad, competitividad y productividad, y la sostenibilidad digital”, añaden.

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