Main Menu

SonRisas

sonrisas
Read Carefully

Una organización social que trabaja por una infancia digna para una adultez con oportunidades. Con 18 años de historia trabaja con 1200 niños, niñas y adolescentes en 3 centros sociales en la provincia de Buenos Aires.  Un recorrido por sus orígenes, los planes a futuro y por su valiosa experiencia.

Casi 20 años atrás, un grupo de amigos trabajaba organizando actividades recreativas y educativas para niños y niñas en un barrio cerrado del Partido de Esteban Echeverría, provincia de Buenos Aires, cuando les surgió la oportunidad de hacer un voluntariado en una sociedad de fomento ubicada en el barrio al otro lado del alambrado. 

Más precisamente, se trataba de un asentamiento de familias en situación de vulnerabilidad. El alambre, así, delimitaba mucho mas que dos barrios: separaba dos realidades con acceso a oportunidades de desarrollo social y económico totalmente disimiles entre sí. Esa experiencia fue lo que los movilizó a tomar la decisión de continuar por ese nuevo camino, y hoy -lo que comenzó siendo una iniciativa de jóvenes atravesados por una gran energía y ganas de cambiar el mundo- se transformó en SonRisas, una Asociación Civil sin fines de lucro que centra su acción en niños en situación de riesgo que enfrentan las consecuencias de la pobreza y la exclusión. 

Su zona de influencia sigue siendo la localidad de Esteban Echeverría, donde trabajan con 1200 niños, niñas y adolescentes en tres centros sociales que funcionan como verdaderos espacios de desarrollo comunitario e integración barrial. Allí los acompañan desde la formación, la recreación y brindan la contención necesaria para que niños y niñas encuentren un marco para el desarrollo de su niñez, reciban un seguimiento de su educación, apoyo escolar, talleres de alfabetización y diversas actividades con finalidades educativas y recreacionales. 

SonRisas busca que niños, niñas y adolescentes puedan tener un infancia digna que les permita alcanzar un futuro con más oportunidades y así educar a sus futuros hijos con otra perspectiva de realidad.

Además, brindan educación para adultos, capacitación en oficios, talleres productivos. Para lograr sus objetivos, generan alianzas con tres actores fundamentales: la Familia, la Escuela y el Estado, ya que entienden que el rol de cada uno de ellos es fundamental e imprescindible. 

Martín Ferreira, es fundador de SonRisas y conversó con Alessandra Minnicelli para el programa “40 Minutos de RSE” (Canal 22 web, jueves 22 hs). En esta nota, reproducimos los pasajes más destacados de esa charla.

Además de atender la emergencia alimentaria, desde SonRisas cumplen distintos roles. ¿Qué actividades ofrecen? 

En el correr de la madurez y el crecimiento de SonRisas pasamos de ser una organización que se ocupaba de la asistencia alimentaria y armábamos juegos recreativos, a intentar lograr un abordaje integral. Y eso es lo que yo creo que hoy, después de todos estos años, logramos. Trabajamos desde un abordaje integral de todo el grupo familiar, con foco en niñez y adolescencia, desde una perspectiva comunitaria.

La propuesta es muy amplia, porque se trata de un espacio comunitario de todos los días. Uno de los ejes de trabajo es la educación, donde contamos con tres jardines comunitarios para niños y niñas que no consiguen vacantes en los jardines públicos de la zona.  Desde allí también articulamos con el Programa Fines y con la primaria para adultos. Hay también un área de talleres recreativos, deportivos y culturales, que son los medios mediante los cuales se acercan generalmente los niños y niñas, y ahí se abre el dispositivo a todo el grupo familiar. Se da inicio un legajo por familia, se lleva adelante una visita de un trabajador social a cada una de ellas. Además ofrecemos educación para adultos, capacitación en oficios, talleres productivos. También hemos montado un consultorio odontológico y nos acompañan diversos profesionales como psicólogos, abogados. 

¿Cómo hacen el seguimiento de todas las actividades y las familias con quienes se vinculan? 

Nuestro trabajo está sistematizado y digitalizado. Tenemos reportes de medición de impacto constantes y para eso nos apoyamos en sistemas de CRM, como Salesforce. Es un trabajo muy profesional y territorial. Tenemos esa combinación de las herramientas barriales y las académicas. Venimos articulando con el Estado -con los vaivenes que puede haber habido- pero siempre con la necesidad de tener toda lo referido a la documentación desarrollada, en orden.  

¿Cuántos centros tiene actualmente SonRisas? 

SonRisas cuenta con tres centros en el partido de Esteban Echeverría pero también impulsamos junto a tres organizaciones la “Red Local de Esteban Echeverría” compuesta por 89 organizaciones, ya sean entidades más o menos constituidas, de mayor o menor trayectoria, más infraestructura o menos como algún comedor de una mujer que se pone al hombro la tarea de armar una olla en el patio de su casa y alimentar a sus vecinos y vecinas a todo pulmón.

Trabajamos desde un abordaje integral de todo el grupo familiar, con foco en niñez y adolescencia, desde una perspectiva comunitaria.

A través de la Red, se trabaja en la incidencia en la agenda pública respecto de diversos temas. A lo largo de su historia, reclamamos -por ejemplo- por vacunas para vecinos y vecinas, estuvimos también en contacto con la municipalidad para evaluar la composición de los alimentos que nos llegan o nos pronunciamos también con cortes de luz. Estuvimos muy activos también en las campañas para concejal, armando un ciclo de entrevistas a todos los candidatos para conocer sus propuestas y profundizar en cada una de ellas. Tratamos de fortalecer la Democracia. De este modo, el alcance del impacto de lo que hacemos cotidianamente con compañeros y compañeras se llevó a todo el distrito, donde -de manera directa e indirecta- se trabaja con 20 mil personas. 

En estos 18 años de trayectoria ¿Cómo fue el vínculo con el sector privado y público para acompañar su tarea? 

Desde el principio entendimos que lo nuestro no era ni reemplazar al Estado,  ni a la escuela, ni a la familia, sino que teníamos que trabajar en forma articulada con todos los actores de la sociedad civil dentro del Ecosistema que nos rodea. 

Articulamos con las empresas las cercanas con lógicas vinculadas a las Responsabilidad Social y también trabajamos con el Estado municipal, provincial y nacional, siempre bajo el paraguas de las políticas públicas. No respondemos a partidos políticos, a funcionarios puntuales, ni nada por estilo. Creemos mucho en el rol del Estado, en la política como herramienta de transformación, en el rol de la comunidad organizada. A veces se dice “la organización social llega antes que el Estado”, pero a mi me gusta decir que “estamos ahí”, no es que llegamos antes o después. 

Hablamos de esa complementariedad o convergencia de las acciones responsables de las organizaciones con las políticas públicas. Muchas ONGs como SonRisas siguen empujando para que, si no llega la política pública, efectivamente se satisfagan ciertas necesidades…

Muchas veces fuimos puente para que la política pública llegue. SonRisas funcionó -por ejemplo- para llevar adelante un operativo de restitución del Derecho a la Identidad o cuando se generó la polémica alrededor de los servicios públicos pudimos ser un canal de información, entre tantos otros casos. A veces realizamos una gestión asociada a una política pública, otras ejercemos presión para que se visibilicen temáticas y problemáticas en la agenda local -y poder de este modo- reclamar o restituir derechos. 

¿Qué es el Espacio Multidisciplinario Adolescente, que ustedes llaman “E.M.A”? 

Los jóvenes que hoy forman parte de SonRisas, crecieron en este espcio. Esos niños, que hoy ya tienen entre 15 a 20 años viven las complejidades que la realidad actual del país nos presenta, por ejemplo, los de 15 que ya enfrentaban un problema de deserción escolar, tuvieron dos años de pandemia donde fue difícil hacerlos volver a clase. Los de 20, tuvieron dos años sin policía en las calles por lo que la problemática narcotráfico en la calle se profundizó. 

Por eso, el nombre y el objetivo del programa hacen referencia a Ema, un chico del barrio que a los 19 años y por una situación conflictiva, lo asesinaron de un tiro en la cabeza a la salida de un baile. Era un chico que lo vimos crecer, sus primos, sus hermanos todos están ahí con nosotros y fue muy movilizante. Quienes no están tan metidos en el territorio, en los barrios, puede escuchar esto y pensar que la vida allí es muy salvaje que esto pasa cotidianamente. Pero no, no pasa todos los días.

A veces se dice “la organización social llega antes que el Estado”, pero a mi me gusta decir que “estamos ahí”, no es que llegamos antes o después.

Estamos en un año electoral en el cual los jóvenes tienen que votar, aun cuando muchas veces no tienen información a pesar que reciben  un constante “bombardeo mediático”. ¿Qué mensaje les dan? 

El mensaje fundamental que les damos es el de la importancia del voto y de la democracia. El discurso anti-política que pregona -que a veces no solo es discurso sino una realidad cotidiana- los hace preguntarse ¿Por qué yo tengo que creer en esto? Mi mensaje es, tenés que creer en esto porque para resolver ese charco que aparece en la puerta de tu casa cada vez que llueve, esta falta de vacantes para tu hijo e hija, esta falta de posibilidades de trabajo,  lo resolvemos con voto a conciencia, con involucramiento, con  presencia del Estado, y luchando para que exista esa presencia. Sino no va a cambiar la situación y va a ser peor. Organizaciones como SonRisas pueden organizar uno, dos o tres comedores, pero no van a erradicar el hambre. Lo que va a erradicarla es la política, la comunidad organizada y el involucramiento de todos los actores de la sociedad. 

¿Cómo te imaginas SonRisas a futuro?

Veo en el futuro distintas cuestiones. Una de ellas es terminar de asentar un modelo de trabajo que lo tenemos bastante avanzado, pero nos gustaría llevarlo a un nivel de profesionalismo aún mayor. Intentar trabajar con la mejor tecnología, con la mayor profesionalidad, con los mejores procesos y todo eso en los lugares más vulnerables.

Por otro lado, trabajar en fortalecer las redes y encontrar el rol que tenemos las organizaciones sociales dentro de la construcción  de la democracia y involucramiento en las cuestiones de Estado y de políticas públicas. Creo que las organizaciones deberíamos hacer algo más por involucrarnos, por generar conciencia cívica, democrática, circular información, luchar por el acceso a información pública, por la incidencia en las políticas públicas. 

Top