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Transiciones hacia la sostenibilidad

ODS
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Con un llamado a la acción, la CEPAL detalla en su último informe de qué manera las transiciones energética, digital y alimentaria son cruciales para que América Latina y el Caribe alcancen los ODS. Resulta “urgente ajustar el rumbo y al mismo tiempo acelerar el paso” afirman. 

En un esfuerzo por evaluar y promover el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en América Latina y el Caribe, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha publicado su séptimo informe, titulado “América Latina y el Caribe ante el desafío de acelerar el paso hacia el cumplimiento de la Agenda 2030: Transiciones hacia la sostenibilidad”. Este documento revela tanto los avances logrados como los retos persistentes en la región, enfatizando la necesidad de acelerar las acciones para cumplir con las metas establecidas.

Según explican, si bien la región enfrenta un panorama complejo marcado por desafíos económicos, sociales y ambientales, se han registrado progresos en algunos ámbitos. Así, desde CEPAL subrayan que la velocidad y la escala de las transformaciones necesarias no son suficientes. En este contexto, es vital que los países de la región adopten un modelo de desarrollo productivo, inclusivo y sostenible. “Es imperativo poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo para lograr un desarrollo verdaderamente sostenible”, destaca el informe.

El bajo dinamismo de las economías latinoamericanas y caribeñas es uno de los aspectos que obstaculizan el progreso hacia un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible en la región. Los datos presentados indican que desde hace tres lustros se observa un lento crecimiento del PIB regional, que dificulta el efecto deseado de las políticas dirigidas a avanzar hacia el logro de los ODS. “Para 2024 se espera un crecimiento económico de la región de solo un 1,9% —un 1,4% en América del Sur, un 2,7% en el grupo formado por Centroamérica y México, y un 2,6% en el Caribe—, con lo que se mantiene la senda de bajo dinamismo” afirman en el documento.  

En este marco, -desafortunadamente- el examen de los avances mostró, en el caso de la mayoría de los indicadores de seguimiento de los ODS, una falta de convergencia entre las trayectorias necesarias para alcanzar dichos Objetivos y las trayectorias observadas, lo que hace evidente “la urgencia de ajustar el rumbo y al mismo tiempo acelerar el paso” alertan. La CEPAL estima que se han alcanzado o se alcanzarán hacia 2030 un 22% de las metas, que en el caso del 46% de ellas se avanza con una dirección favorable pero no a la velocidad necesaria para cumplirlas y que el 32% restante no llegarían a cumplirse. 

Por otro lado y a nivel mundial, las previsiones de las Naciones Unidas apuntan a que, de mantenerse las tendencias, solo un 15% de las metas se habrán cumplido en 2030. 

 

Transiciones hacia la Sostenibilidad

Los especialistas de la CEPAL señalan la necesidad de poner en marcha profundas transiciones en múltiples sectores para cumplir con la Agenda 2030. 

Este tipo de procesos de cambio estructural se vienen analizando a nivel internacional bajo el concepto de transiciones hacia la sostenibilidad, que suponen un proceso de cambio sociotecnológico que da como resultado una nueva realidad sostenible en aquellos sectores o ámbitos en los que la realidad actual se considera insostenible. Dichas transiciones se caracterizan por conllevar cambios a largo plazo con base en elementos disruptivos e innovadores, que transforman de manera simultánea varios sistemas (energético, agropecuario, de transporte y otros) y dimensiones (tecnológicas, organizacionales, culturales, políticas y otras). Frente a ello agregan que estas transiciones -con frecuencia- generan ganadores y perdedores a corto plazo, por lo que “es fundamental asegurar que sean justas, que ofrezcan opciones a los posibles perdedores y que vayan acompañadas de alianzas de políticas públicas y de fuentes de financiamiento para ponerlas en marcha u orientarlas”. 

 

¿Qué transiciones hacen falta? 

La transición de los sistemas alimentarios es una prioridad. La CEPAL aboga por estrategias y políticas integradas que promuevan la producción agrícola sostenible y la resiliencia frente a crisis alimentarias. Esto implica no solo mejorar la productividad, sino también garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición adecuada para todos.

En cuanto a la transición energética, el informe es claro: la región debe aumentar significativamente su inversión en energías limpias. “La transición hacia energías limpias no solo es un imperativo ambiental, sino también una oportunidad económica para la región”, subrayan. Esto es crucial para mitigar el cambio climático y fomentar un desarrollo sostenible.

La transición digital también es fundamental. La digitalización puede cerrar brechas significativas en acceso a la información y tecnologías, impulsando así la productividad y la inclusión. El informe destaca la necesidad de mejorar el acceso a tecnologías de la información y comunicación, lo cual es esencial para integrar a todos los sectores de la sociedad en la economía digital.

Otra área crítica es la transición educativa. Reformar los sistemas educativos para que sean más inclusivos y equitativos es esencial para reducir la pobreza y promover el desarrollo sostenible. La educación de calidad es vista como una piedra angular para alcanzar otros ODS y fomentar una ciudadanía activa y bien informada.

Fortalecer los sistemas de protección social y promover empleos decentes y bien remunerados son acciones fundamentales para asegurar que nadie se quede atrás en el desarrollo sostenible. Por ello, la transición del empleo y la protección social es igualmente importante. Las políticas laborales deben ser inclusivas, garantizando derechos y protegiendo a los trabajadores en un mundo laboral en constante cambio.

Por último, la transición climática y la protección de la biodiversidad son vitales. La región debe implementar medidas urgentes para combatir el cambio climático, proteger la biodiversidad y reducir la contaminación. El informe enfatiza que estas acciones no solo son necesarias para preservar el medio ambiente, sino también para asegurar un futuro saludable y sostenible para las próximas generaciones.

Por un futuro próspero

El informe de la CEPAL concluye con una serie de recomendaciones para los gobiernos y otros actores clave de la región. Entre estas recomendaciones se incluyen la adopción de políticas más ambiciosas y coherentes, la mejora de las alianzas y la cooperación internacional, y el fortalecimiento de las capacidades institucionales para implementar y monitorear las iniciativas de desarrollo sostenible.

Un aspecto crucial señalado por la CEPAL es la movilización de recursos. Sin un financiamiento adecuado, será imposible alcanzar los ambiciosos objetivos de la Agenda 2030. El informe insta a los países a movilizar recursos tanto internos como externos, incluyendo la asistencia oficial para el desarrollo y la reforma de la arquitectura financiera internacional. “Sin una movilización adecuada de recursos, será imposible alcanzar los ambiciosos objetivos de la Agenda 2030”, advierte el informe.

En resumen, la CEPAL llama a una acción urgente y coordinada para acelerar las transiciones hacia la sostenibilidad en América Latina y el Caribe. Así, a lo largo de las páginas del documento se insiste en que la incorporación de la prospectiva en el quehacer público es necesaria para acelerar el avance hacia el cumplimiento de la Agenda 2030, pero también para aspirar al logro de objetivos más desafiantes más allá de 2030. Las seis transiciones analizadas en este capítulo están en proceso en la región y deben ser guiadas para que se encaminen a un destino deseado. “Su trayectoria no puede dejarse solo librada a las fuerzas del mercado, ni al efecto de los vaivenes de la política, a choques del sector externo o al azar” remarcan. La prospectiva combinada con el fortalecimiento de las capacidades técnicas, operativas, políticas y prospectivas de las instituciones es una herramienta muy útil para impulsar las seis transiciones centrales hacia la materialización de un futuro más productivo, inclusivo y sostenible en los países de la región. Este informe ofrece una hoja de ruta clara para enfrentar los desafíos más apremiantes y avanzar hacia un desarrollo verdaderamente sostenible.

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