Hace unos días propusimos desde nuestras plataformas temas que pueden ser tendencias o desafíos pendientes para este nuevo año. Lo hicimos a partir de las metas no cumplidas en políticas de sostenibilidad que aún no están en la agenda del sector público y por ello corren riesgo de ser relativizadas desde el sector privado. Lo vimos en la necesidad de enfoques innovadores para trabajar la equidad de género en tiempos donde las nuevas tecnologías y el avance de la IA que está demandando el talento de todos; desde la mirada a la ESG a la que dedicamos un programa 40 Minutos de RS para dimensionar su real alcance y significación en este momento; en la mirada al trabajo infantil que vuelve a estar en el listado de las cuestiones que no han logrado erradicarse en LATAM ; lo hicimos también desde distintos artículos en esta revista difundiendo y concientizando sobre el estrés hídrico que ya está siendo una amenaza fuerte a la seguridad alimentaria y la salud pública en nuestra región; en las alertas a aquellas empresas locales que deben adaptarse a las nuevas directivas de la UE para poder comercializar en ella sus productos.
En todos los casos buscando que la sostenibilidad que hace a la Responsabilidad Social encuentre eco en nuestros territorios, como conceptos que integran la transformación de nuestra vida en común y de nuestras democracias en el S. XXI y como parte de las expectativas sobre las que debemos centrar nuestra atención. Sobre todo, desde una mirada social nacional para nuestro País y su gente, necesarias para no romper el tejido social y productivo de nuestras comunidades y como herramienta de supervivencia.
Reconozco que la polarización de los extremos en política no ayuda, que las empresas productivas a las que hoy se le requiere compromiso con el entorno van perdiendo fuerza por sobre el crecimiento del sistema financiero; que las corrientes de opinión que se generan en las redes sociales evitan discutir estos temas y que la acción con sentido, con posibilidad de disentir, discutir y reflexionar juntos esta en jaque, pero todos desde nuestra singularidad, identidad y pertenencia, podemos parar para pensar todos los temas comunes que están en riesgo y afectan nuestro día a día. Lo que desde la sostenibilidad vemos que está en riesgo lo propongo como un capítulo más de tantos, para coincidir, para disentir pero siempre para buscar juntos el “Cómo”.
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