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Urbanismo: el reto de transformar nuestras ciudades

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¿Cómo pueden las ciudades del futuro equilibrar desarrollo económico, calidad de vida y sostenibilidad? Mauricio Zenteno Casas, experto en innovación y estrategias sostenibles, aborda los cambios urgentes que se requieren para transformar los entornos urbanos actuales en espacios resilientes y eficientes.

Entrevista con Mauricio Zenteno Casas

Mauricio Zenteno Casas, es un reconocido especialista con más de 12 años de experiencia en simbiosis industrial, estrategias de sostenibilidad y proyectos de innovación circular basados en soluciones tecnológicas exponenciales. Zenteno Casas enfoca todos sus esfuerzos y conocimientos en catalizar la adaptación de industrias, mercados y entornos urbanos hacia un futuro sostenible.

De origen mexicano y actualmente residiendo en Colombia es Coautor del libro publicado recientemente titulado “ESG: El compromiso con un mundo sostenible”. Desde 2016, asesora a Gobiernos, legisladores y tomadores de decisiones empresariales comprometidos con impulsar una transición justa hacia un nuevo modelo de desarrollo sostenible. En esta charla con Alessandra Minnicelli mantenida en el marco del programa “40 Minutos de RSE”, (Jueves 22hs. por Canal22web y 22.30hs. por Responsabilidad Social.tv), analiza los desafíos de las ciudades en el contexto del cambio climático, la planificación a largo plazo y el rol de los sectores públicos y privado en la construcción de un modelo de desarrollo urbano más equitativo y resiliente.

Tenemos que re-transformar nuestro sistema económico, el estilo de vida que está detrás de él y eso tendrá implicaciones en términos políticos y geopolíticos.

¿Qué cambios necesitamos hoy para construir el futuro que queremos alcanzar en 2050?

Estamos en una coyuntura de más de una década en la que venimos entendiendo por qué no hemos logrado tomar las decisiones correctas de transición a nivel macro, me refiero en lo institucional, sectores empresariales y desde la sociedad. Veníamos de un modelo de desarrollo de 70 años después de la Segunda Guerra Mundial que transformó y reconvirtió prácticamente todo lo que lo que se conocía antes de ello. Si bien ese periodo permitió tener un desarrollo económico y un cierre de ciertas brechas -por ejemplo la disminución de índices de pobreza y poder aspirar a mejores condiciones de calidad de vida- también vimos cómo la decadencia de ese sistema en términos de polarización en la sociedad, de un sistema democrático que se tambalea cada vez más y también hemos visto como lo que hoy llamamos cambio climático no es más que la consecuencia de este consumo exacerbado de recursos naturales. 

La coyuntura en la que nos encontramos hoy, esta transición social ambiental y económica nos tiene que poner las preguntas correctas para que esas respuestas las empecemos a construir ya, pero con una mirada de 20 o 30 años adelante, es decir, tenemos que re-transformar nuestro sistema económico, el estilo de vida que está detrás de él y eso tendrá implicaciones en términos políticos y geopolíticos. Tenemos que empezar a “futurear” e imaginarnos ese 2050 al que queremos y es con ese horizonte con el que hoy nos toca tomar decisiones. 

 

¿Por qué son importantes los territorios urbanos en este contexto? 

La ciudad es importante como concepto porque no es solamente el entorno urbano, sino que se soporta por un territorio aledaño que no necesariamente es la demarcación política oficial. Se trata de un área de soporte de donde viene el agua, la energía, los alimentos y hacia donde van los residuos. Es ese espacio donde habitamos pero que necesita diversos sistemas de soporte para que millones de personas todos los días podamos ir al trabajo, ir al supermercado e interactuar en nuestro día a día.  

La gran diferencia entre América Latina respecto al desarrollo global, es que mientras en otras regiones seis de cada 10 personas están en entornos urbanos concentradas y las otras cuatro personas están dentro de estas áreas de soporte, aquí somos ocho de cada 10 y en los próximos 15 años seremos nueve. Es decir, estamos abandonando esas zonas periurbanas para concentrarnos cada vez más en estos entornos urbanos. Creo que tenemos allí muchas aristas para analizar cómo vamos a suplir todo lo que requiere una ciudad si las personas alrededor ya no están. ¿Qué vamos a hacer para que esas ciudades puedan albergar a más millones de personas si hoy día no están teniendo la capacidad de respuesta en términos de calidad de vida y oportunidades de desarrollo a las personas que viven ahí? Esta es una de las grandes preguntas. 

La coyuntura en la que nos encontramos hoy, nos tiene que poner las preguntas correctas para que esas respuestas las empecemos a construir ya, pero con una mirada de 20 o 30 años adelante, 

¿Qué tan comprometidos están los tomadores de decisiones con esta realidad?

No es un blanco y negro, hay un espectro de grises, pero la tendencia mayoritariamente está en tomadores de decisiones sobre todo en cargos públicos, quienes están pensando en los próximos años, en las elecciones siguientes, en los indicadores del año que tienen que cumplir para que eso les de posibilidad -en lo personal- de ir a los recambios institucionales. Piensan en la agenda política o en la trayectoria que ellos y ellas quieren seguir. 

Eso muy preocupante, porque en este momento tenemos que empezar a plantear escenarios de largo plazo y disruptivos que reconfiguren completamente las instituciones o decisiones de política pública, que nos lleven a cambios profundos en la sociedad y sobre todo en el modelo de desarrollo económico. 

Esta tendencia tiene mucho que ver con que las personas no están viendo la realidad y hacia dónde vamos, no han entendido qué es el cambio climático en términos de escasez y de implicaciones, no solo en temas de popularidad sino en temas de que esto pone en jaque a la siguiente generación.

 

¿Qué ocurre con el sector privado? 

En el sector empresarial pasa lo mismo, hay empresas que están cada año viendo cómo cambian sus decisiones, cómo reducen sus presupuestos en temas de sostenibilidad. Pero, éste no es un tema de un departamento o una gerencia, es un asunto que tiene que estar en el corazón de la organización. Estamos viendo empresas globales que se echan para atrás en sus compromisos después de haberle dado bombo y platillo y haberle puesto el marketing.  Entonces yo lo que veo es una tendencia que, si el gobierno que tiene que estar sentado en el en las reuniones internacionales no va, el empresario se pregunta “¿Por qué yo sí?”.  

 

¿Cuáles son algunas ciudades que podemos tomar como modelos urbanos?

Elegir una ciudad que digas la tenemos que copiar todos es muy complejo porque los contextos son diversos, pero sí veo cosas muy interesantes que podríamos traer a nuestras ciudades. Algo que me gustó mucho de Singapur, una ciudad Estado, es la gran inversión en innovación en Ciencia y Tecnología que hizo. Hace 40 años era un país tremendamente deprimido, prácticamente marginado y hoy es una potencia a nivel educativo, de innovación, de inversión en tecnología y -vale aclarar- es un territorio que no cuenta con recursos naturales. Han sabido sacar de esa desventaja una ventaja para el tiempo. Nosotros en la región por el contrario, sí tenemos los recursos naturales, lo que no estamos teniendo es ni la visión ni el proceso de atracción de inversiones. 

Tenemos que empezar a “futurear” e imaginarnos ese 2050 al que queremos y es con ese horizonte con el que hoy nos toca tomar decisiones. 

Medellín por otro lado, tiene un proceso de aprendizaje que deberíamos voltear a ver. En los 90´ en, como en muchas otras grandes urbes de Latinoamérica, había delincuencia, droga y demás: era la ciudad más peligrosa del mundo.  En el año 2014 se vuelve la ciudad más innovadora y eso no es un salto de un alcalde muy exitoso, es un proceso social de transformación donde la ciudadanía dijo: “Estas son las prioridades y venga quien venga a sentarse en la silla de las decisiones, tiene que adoptar esta agenda, porque la construimos quienes vivimos acá”. Obviamente hay una gran tracción de un sector privado que tiene una articulación muy potente y que han invertido de manera consolidada. Hay una sociedad además, que se vio muy afectada por toda una generación que se perdió por esa coyuntura entre los 80´ y 90´. Hoy tú llegas a Medellín y no solamente te sientes seguro sino que ves el proceso de transformación y encuentras mejores oportunidades de empleo donde antes había un caldo de cultivo para que las personas solo tuvieran como camino hacia la delincuencia.

Otra ciudad que a mí me encanta por la recuperación y el replanteamiento que han tenido es Seul, en Corea del Sur. Puedes ver cómo se transformó en poco tiempo con base en prioridades de la sociedad y en cómo aprovecharon la tecnología para mejorar su calidad de vida. Pensaron en cómo lograr reconfigurar esa vida del barrio del distrito, de la zona caminable en armonía, con el desarrollo económico y con tener la solución a todo lo necesario cerca.  

 

Hace unos meses se realizó en Egipto el 12º Foro Urbano Mundial ¿A qué conclusiones arribaron y cuales son tus reflexiones al respecto? 

Hay muchas organizaciones lideradas desde la acción, desde que lo que se quiere implementar. Hay también herramientas, conocimiento, tecnología y experiencia para hacerlo.  Pero existe otro polo de quienes no quieren romper con el status quo, con ese modelo que nos ha traído hasta la coyuntura en la que estamos. Nos encontramos con ese divorcio, pero necesitamos decisiones políticas, regulaciones e instituciones que avalen todos esos procesos necesarios porque, sin eso, no va a llegar la inversión. No hay certeza jurídica para tú poner tus recursos en un modelo de negocio o en un proceso tecnológico porque no tienes cómo competir en el mercado. Entonces estamos en una economía del business as usual, una economía que subsidia los combustibles fósiles y no a las tecnologías limpias o a los sistemas que evitan que se generen todos estos impactos socio ambientales. 

Esto no significa que quienes no dejan hoy que esto cambie van a perder en el futuro, sucede que no quieren dejar de ganar lo que están ganando y ese lobby obviamente tiene el poder económico y político para hacer presión para que las cosas no sucedan.  Esto lo hemos visto en todas las este COPs y en todos los foros internacionales. Como sociedad tenemos que presionar, no solamente al político el día de la elección o durante la campaña, sino al mercado en nuestra decisión de compra. Y también como que empezar a exigir cambios, comprometernos a tomar responsabilidad como un actor relevante. Nos tenemos que poner esa a meta, construir esa visión colectiva donde estemos incluidos y todos y todas, necesitamos crear ese escenario para que una ciudad nos ofrezca eso a todo el abanico de diferentes personas que habitamos en ese lugar. 

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