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¿Conocés a Eleonor Roosevelt?

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Considerada como una de las primeras feministas y defensora de las minorías, Eleonor Roosevelt no sólo brilló en los Estados Unidos si no que luchó por la universalidad de los Derechos Humanos en todo el planeta.

Su legado principal fue la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas, adoptada por la Asamblea General en 1948, en un mundo que aún se despertaba de los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Y a pesar de haber perdido a su marido hacia el final del conflicto, Eleonor Roosevelt, Primera Dama norteamericana desde 1933 hasta 1945, siguió peleando su lucha por la justicia social y la defensa de los excluidos, ya sean mujeres, afroamericanos, trabajadores y desocupados por la Gran Depresión y refugiados de diversos orígenes, no ya desde la Casa Blanca, sino desde el ágora de la flamante organización internacional.

En 1946, Eleonor fue nombrada delegada norteamericana en las Naciones Unidas por el presidente Truman y lideró la Comisión de Derechos Humanos, donde tuvo un rol protagónico e inspirador en la redacción de principios de la Declaración Universal. Al presentar el documento la Asamblea General de la ONU aseguró que “Esta nueva oportunidad para la paz …se ganó por medio de los esfuerzos conjuntos de hombres y mujeres que trabajaron por los ideales comunes de libertad humana en un momento en el que la necesidad de un esfuerzo unido quebrantó la barrera de raza, credo y sexo… En definitiva ¿dónde empiezan los derechos humanos universales? Pues en pequeños lugares, cerca de nosotros; en lugares tan próximos y tan pequeños que no aparecen en los mapas. Esos son los lugares en los que cada hombre, mujer y niño busca ser igual ante la ley, en las oportunidades, en la dignidad sin discriminación. Si esos derechos no significan nada en esos lugares, tampoco significan nada en ninguna otra parte…Esta declaración bien puede convertirse en la Carta Magna internacional para todos los hombres en todo lugar…Nos encontramos hoy en el umbral de un gran acontecimiento tanto en la vida de las Naciones Unidas como en la vida de la humanidad”.  Pero estas no fueron meras palabras, una vez aprobado, luchó hasta el final de su vida para su implementación en todos los rincones del planeta Y es por eso que Truman se refirió a ella como la “Primera dama del mundo” en honor a sus extensos viajes para promover los Derechos Humanos.

Obra principal: Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas

Eleonor nació en 1884 en el seno de una familia privilegiada de Nueva York, incluso su tío fue el presidente republicano Theodor Roosevelt. Años más tarde se casaría con su primo, el demócrata Franklin Delano Roosevelt. Esta mujer cambió para siempre el perfil de las Primeras Damas de su país y tuvo una fuerte militancia política desde su juventud en la defensa del voto femenino. A diferencia de sus antecesoras, daba conferencias, escribía libros y artículos y tenía una agenda de temas bien establecida que marcaban sus intereses y combates. Además, contribuyó junto a su marido al establecimiento de un Estado de Bienestar Social para sacar a los Estados Unidos de los estragos y el estancamiento de la Gran Depresión. En sus viajes por el interior profundo para impulsar el “New Deal”, tomó conciencia de la situación de la población negra en el sur y se transformó en una de las precursoras del movimiento de derechos civiles que emergería en los ‘60, como también pelearía por la comunidad homosexual y por la igualdad de género.

Por otra parte, después del ataque a Pearl Harbor, y ante una ola de xenofobia anti nipona, defendió a las minorías japonesas e incluso se opuso al a decisión presidencial de aislar a los inmigrantes de ese origen en campos de detención. Esto le valió antipatías, críticas y acusaciones de ser anti norteamericana, libertina e inmoral, entre otras cosas. También manifestó público rechazo a las políticas restrictivas, terminada la guerra, hacia refugiados, en especial, de judíos. Ella abogaba por una política abierta y de brazos extendidos para curar tantas heridas.

3 causas principales: derechos civiles, derechos de la mujer, defensa de las minorías y refugiados.

Una vez muerto Roosevelt, empezó su verdadera carrera “internacional” llevando su mensaje a todas partes. Todo esto se vio reflejado en los cuatro libros de su autoría donde relató su vida, sus ideas y pensamientos en favor de los demás.

Su propio fallecimiento ocurrió en 1962, a los 78 años y ocupa, desde entonces, un lugar de recuerdo, homenaje y modelo, no sólo para los norteamericanos si no para el resto del mundo. Fue una de las mujeres más destacadas e influyentes de Naciones Unidas y su legado más fuerte sigue siendo el principio de donde emanan todos los derechos del hombre.

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