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Educación ya.

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El ODS 4 se detiene en la enseñanza y el aprendizaje como herramientas esenciales para el desarrollo.

“Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” es el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, plasmado en su Agenda 2030.

¿Por qué la educación? Porque para el organismo internacional es la base para mejorar nuestra vida y el desarrollo sostenible. Y a la hora de poner luces y sombras sobre esta temática, desde la entidad afirman que en los últimos quinquenios, se han producido importantes avances con relación a la mejora de su acceso a todos los niveles y con el aumento en las tasas de escolarización, sobre todo, en el caso de las mujeres y las niñas. También se ha mejorado en gran medida el nivel mínimo de alfabetización.

Sin embargo, Naciones Unidas considera que es necesario redoblar los esfuerzos para conseguir mayores avances. Y descansa en la UNESCO para la coordinación del logro de este objetivo.

En los últimos quinquenios, se han producido importantes avances con relación a la mejora de su acceso a todos los niveles y con el aumento en las tasas de escolarización, sobre todo, en el caso de las mujeres y las niñas.

De acuerdo a UNESCO, alcanzar una educación universal inclusiva y equitativa de calidad implicará empeños cada vez mayores, especialmente en África Subsahariana y en Asia Meridional, así como para alcanzar a las poblaciones vulnerables, tales como las personas con discapacidad, los pueblos indígenas, los niños refugiados y los niños pobres de zonas rurales.

La inscripción a la escuela primaria en países en desarrollo ya alcanzó el 91 por ciento. Sin embargo, 57 millones de niños siguen sin ir a la escuela. Más de la mitad de los niños que no lo han logrado residen en África Subsahariana. Se calcula que 50 por ciento de los chicos escolarizados viven en zonas afectadas por conflictos. Además, 103 millones de jóvenes carecen de habilidades de alfabetización básica, como comprensión lectora, y de esa cifra, 60 por ciento son mujeres.

A la hora de evaluar en detalle los resultados, en base al último Informe del Secretario General sobre Progresos en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, publicado en 2017, a nivel global, la participación en preescolar y educación primaria es del 70 por ciento, mostrando un crecimiento frente al 63 por ciento en 2010, con variaciones considerables en distintos lugares, el más bajo ratio en África Subsahariana (41 por ciento) y el Norte de África y el Este de Asia (52 por ciento para ambos). Se estima también que 617 millones—58 por ciento- de los niños y adolescentes de la enseñanza básica y los primeros años de la secundaria logran niveles mínimos en lectura y matemáticas. Casi dos tercios van al colegio pero no aprenden ya sea porque lo dejan o porque no adquieren herramientas básicas.  Las disparidades basadas en ubicación y riqueza generalmente favorecen a los más ricos y aquellos que viven en zonas urbanas. Por ejemplo, de acuerdo a datos de 62 países entre 2001 y 2015, sólo 12 naciones muestran paridad entre los resultados educativos de alumnos rurales frente a los de ciudades en comprensión lectora y matemáticas al terminar la primaria.

Lograr este objetivo implicará empeños cada vez mayores, especialmente para alcanzar a las poblaciones vulnerables, tales como las personas con discapacidad, los pueblos indígenas, los niños refugiados y los niños pobres de zonas rurales.

Por otra parte, recientes estudios de evaluación del aprendizaje muestran que en 9 de los 24 países de África Subsahariana y en 6 de los 15 países de América Latina sobre los que existen datos, menos de la mitad de los alumnos alcanzaron niveles de competencia mínima en matemáticas al concluir la primaria. Las cifras son similares en comprensión lectora.

A su vez, en 2016, sólo 34 por ciento de las escuelas primarias de los países menos desarrollados tenían electricidad y menos del 40 por ciento contaban con instalaciones básicas para la higiene de manos.

Desde Naciones Unidas consideran que la calidad y capacitación de los docentes es clave para el progreso del aprendizaje. En la educación básica, en 2016, el 85 por ciento de los maestros en el mundo fueron entrenados. Pero este valor cae a 71 por ciento en el Sudeste Asiático y 61, en África Subsahariana.

Según los datos de 65 países en desarrollo, el porcentaje promedio de escuelas con acceso a computadoras e Internet para fines docentes supera el 60 por ciento tanto en la enseñanza primaria como en la secundaria. Sin embargo, esa proporción no alcanza el 40 por ciento en más de la mitad de los países subsaharianos sobre los que hay datos.

Por último, la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) destinada a becas educativas en países en desarrollo ascendió a 1200 millones de dólares en 2016. Australia, Francia, Reino Unido de Gran Bretaña y Estados Unidos fueron las naciones que más aportaron para ese concepto.

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