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ODS 6: Agua, fuerza de vida

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El ODS 6 refuerza la idea de poder acceder en forma segura al agua, recurso vital para la existencia humana.

La Agenda 2030 de Naciones Unidas establece en su Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”.

Según el organismo, este recurso libre de impurezas y accesible para todos es parte esencial del mundo en que queremos vivir. “Hay suficiente agua dulce en el planeta para lograr este sueño. Sin embargo, actualmente su reparto no es el adecuado y para el año 2050 se espera que al menos un 25% de la población mundial viva en un país afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce. La sequía afecta a algunos de los Estados más pobres del mundo, recrudece el hambre y la desnutrición”, dice el último informe del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, sobre el avance de los ODS.

Según el documento, la escasez de recursos hídricos, junto con la mala calidad del agua y el saneamiento inadecuado repercuten en la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia y la oportunidad de educación para las familias pobres en todo el mundo. Afortunadamente, se han hecho algunos avances en la última década y más del 90% de la población mundial cuenta con fuentes de agua potable mejoradas.

Los países están logrando progresos significativos en materia de acceso al agua.

De todas formas aún hoy 3 de cada 10 individuos carecen de acceso a servicios de agua potable seguros y 6 de cada 10 carecen de instalaciones de saneamiento. Al menos 892 millones continúan con la práctica insalubre de la defecación al aire libre. Las mujeres y las niñas son las encargadas de recolectar agua en el 80% de los hogares sin acceso a agua corriente. Pero, entre 1990 y 2015, la proporción de población mundial que utilizaba una fuente mejorada de agua potable pasó del 76% al 90%.

A su vez, la escasez afecta a más del 40% de la población mundial y se prevé que este porcentaje aumente. Más de 1700 millones de seres humanos viven actualmente en cuencas fluviales en las que el consumo supera la recarga y 2400 millones carecen de acceso a servicios básicos de saneamiento, como retretes o letrinas. Más del 80% de las aguas residuales resultantes de actividades humanas se vierten en los ríos o el mar sin ningún tratamiento, lo que provoca su contaminación.

Para el año 2050 se espera que al menos un 25% de la población mundial viva en un país afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce.

Por otra parte, cada día, alrededor de mil niños mueren debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene. Aproximadamente el 70% de todas las aguas extraídas de los ríos, lagos y acuíferos se utilizan para el riego. Las inundaciones y otros fenomenos relacionados con ella representan el 70% de todas las muertes relacionadas con desastres naturales.

Sin embargo, el documento detalla que se lanzaron nuevos abordajes para garantizar agua segura a nivel local y que ha producido resultados favorables. Gracias a esta metodología, en 2015, 5.2 mil millones de individuos pudieron tener servicios confiables, 1.3 millones pudieron contar con un acceso básico más cercano a sus domicilios, y 263 lograron reducir la distancia y el tiempo de recolección y acceso de agua a menos de 30 minutos y 600 millones lograron compartir servicios con otros hogares. .

Además, se registraron datos de 70 países, donde se constata que África Subsahariana es la región que presenta mayores desafíos. Allí, sólo el 20 por ciento de la población tiene jabón y agua en sus casas. En cambio, en América Latina el porcentaje es superior al 75 por ciento.

Por otra parte, 2 millones de seres humanos se ven afectados por el estrés hídrico. Y la situación se empeorará por el crecimiento de la población y los efectos del cambio climático. En América del Norte y Asia, los niveles llegaran a 60 por ciento, que provocará escasez de agua, y riesgos para los sectores primarios y la economía.

Según el Secretario General, para obtener progresos en el Objetivo 6 es fundamental lograr recursos financieros por parte de los ODA (Asistencia Oficial de Desarrollo, por sus siglas en inglés). Los desembolsos para mejorar este ODS llegaron a 8.6 mil millones de dólares en 2015, y representaron un alza del 64 por ciento en términos reales desde 2005. África Subsahariana se llevó el 31 por ciento de ese monto, más que el doble comparado con una década atrás. “Los países están logrando progresos significativos en materia de acceso al agua. Sin embargo, para poder cumplir con la meta en 2030 es necesario obtener recursos financieros adecuados, ya sea por medio de nuevas fuentes o de una mejor utilización de los ya existentes”, determina el Secretario General en el documento.

 

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