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Un futuro en alianza

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Si bien el entramado político, social y económico de cada país hoy refleja matices y complejidades diferentes, existen por otro lado, grandes problemáticas que sí recorren transversalmente los paises de la región. Pero, ¿Cuáles son esos temas y cuál es la respuesta que se le está dando desde cada uno de los gobiernos?

En momentos de cúmbres regionales, reuniones multilaterales, firma de acuerdos y compromisos, las realidades locales demandan un paso hacia la acción concreta. A tres años del lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), contenidos en la Agenda 2030 de Naciones Unidas, las inequidades siguen a la orden del día e incluso se suman otros focos que requieren atención inmediata.

Si bien el entramado político, social y económico de cada país hoy refleja matices y complejidades diferentes, existen por otro lado, grandes problemáticas que sí recorren transversalmente los paises de la región. Pero, ¿Cuáles son esos temas y cuál es la respuesta que se le está dando desde cada uno de los gobiernos?

Bajo este mismo planteo y con el objetivo de presentar los planes nacionales que se están implementando de cara a la consecusión de los ODS, se realizó a mediados de noviembre, la XXVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, en la ciudad de Antigua, Guatemala.

El torno al lema  “Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible”, los mandatarios reunidos, aprobaron por unanimidad la Declaración de Guatemala: “Compromiso iberoamericano para el desarrollo sostenible”, así como el Programa de acción de La Antigua para la cooperación iberoamericana y 20 comunicados especiales que abordan 65 compromisos en distintas áreas.

Haciendo eco de las preocupaciones sociales que exigen soluciones en el corto plazo, Rebeca Grynspan secretaria general Iberoamericana, así lo manifestó en su discurso inaugural: “El progreso quiere decir correr el velo y ver más allá; pensar deliberadamente en el futuro y ayudar a configurarlo. Para eso estamos aquí. No ignoro los graves problemas que enfrenta nuestra región en el plano inmediato. Sé que tenemos desafíos urgentes que atender. Atender esos problemas sin olvidar el largo plazo, es uno de los retos que nos convocan esta mañana”.

Asimismo, y como otro punto destacado de la reunión, se destacó el aspecto de la cooperación y el trabajo conjunto. “Alcanzar los ODS implica un esfuerzo masivo de coordinación. Solo las alianzas pueden llevar a escala las tareas que necesitamos. Y es ahí en donde el espacio iberoamericano encierra un valor incalculable, porque se trata de un espacio en donde ya convergen y dialogan los actores que deben impulsar conjuntamente estos objetivos y metas”, remarcó Grynspan.

Como punto de partida, la Declaración destaca ciertos ámbitos que consideran imprescindibles para alcanzar los ambiciosos objetivos planteados a escala global y así se lee en sus primeros parrafos: “Sostenemos que poner fin a la pobreza y el hambre, en todas sus formas y dimensiones, combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, la eliminación de todas las formas de discriminación y violencia, la construcción de sociedades más democráticas, pacíficas, justas e inclusivas sin dejar a nadie atrás, el acceso a la educación y a servicios de salud, la promoción y protección de todos los derechos humanos, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas, así como la protección duradera del planeta y sus recursos naturales, serán esenciales para el éxito de la Agenda 2030”.

Los temas que más preocupan

En el documento surgido de la cumbre se destacan compromisos que apuntan a poner en marcha mecanismos para revertir escenarios realmente preocupantes para los firmantes.

Hace referencia, por ejemplo, a la protección de los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes, la inclusión de personas con discapacidades en la vida económica y social de los países iberoamericanos; el fomento de la educación y las universidades. Asimismo, los mandatarios prometieron continuar trabajando en el perfeccionamiento y la modernización del Estado, generar políticas públicas que garanticen la igualdad de acceso a la justicia, con especial atención a las personas que se encuentren en situación de riesgo y vulnerabilidad.

Pero entre ellos, la igualdad de género fue una de las temáticas protagonistas. El diagnóstico inicial que se ofrece en torno a la equidad de género reconoce que, a pesar de los avances, en Iberoamérica aún persisten importantes brechas de desigualdad entre mujeres y hombres, ya que las primeras enfrentan obstáculos y sufren discriminaciones que impiden su participación efectiva en todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo la economía y la toma de decisiones; en el ámbito laboral, en el acceso a los recursos productivos, incluyendo la propiedad de tierra, el agua y la financiación, así como en el acceso a los sistemas de protección social.

En ese marco Grynspan anunció el lanzamiento de una iniciativa conjunta entre las Vicepresidentes de España, de Costa Rica y de Ecuador, y en alianza con ONU Mujeres, para eliminar todas las barreras legales y normativas que obstaculizan el empoderamiento económico de las mujeres en Iberoamérica. “Hemos apostado, queridos presidentes, por las mujeres. Por esa mitad de nuestra población, por esa mitad de nuestro potencial para transformar nuestras sociedades”, enfatizó Grynspan.

De allí que, en acciones concretas, algunos de los compromisos asumidos giran en torno a continuar realizando esfuerzos para prevenir, combatir y sancionar la violencia contra la mujer; adoptar una tolerancia cero hacia ello; integrarlas en la economía formal e impulsar la aprobación y ejecución de leyes y marcos regulatorios que garanticen la igualdad y que prohíban la discriminación contra la mujer en el mundo del trabajo.

La crisis migratoria bajo la lupa

La cita de este año, se dio en el marco de una profunda crisis humanitaria de migrantes. Se trata de miles de personas -principalmente de países centroamericanos- que huyen de sus tierras natales en búsqueda de mejores oportunidades, escapando no sólo de la pobreza sino de una violencia sistemática. Las llamadas “Caravanas de migrantes”, conformadas por grandes cantidades de ciudadanos que recorren a pie países de sur a norte en su intento por llegar a Estados Unidos, ya son una postal conocida.

Frente a ello, uno de los comunicados especiales fruto de la Cumbre, enfatiza la necesidad de una respuesta sustentada en la cooperación internacional y una visión compartida, responsable y solidaria a la migración. Además, rechaza todas las muestras de racismo, xenofobia y discriminación que enfrentan los recien llegados y solicitantes de la condición de refugiados a la vez que reafirma que esta situación debe ser abordada de manera integral por todos los países involucrados, tanto los países de origen, como los de destino. El presidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró durante su intervención que las personas migrantes no son ilegales y que con su trabajo contribuyen al desarrollo de las naciones en las que se ubican.

Morales pidió a los presidentes y jefes de Estado que participen en la Convención Internacional de Protección y Derechos de los Trabajadores Migrantes y sus familias, para reafirmar que Iberoamérica es una región incluyente. A su turno, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, hizo un llamado a que las naciones se sumen al Pacto Mundial de Migración, documento que busca que este fenómeno se desarrolle de forma segura, ordenada y regular y que se firmará dentro de un mes en Marruecos.  Por ultimo, Peña Nieto afirmó: “la mejor manera de evitar que la gente emigre involuntariamente es promoviendo entre todos el desarrollo interno en nuestras naciones”.

¿Una cumbre simbólica o de impacto real?

Las turbulencias sociales y económicas que atraviesan hoy las sociedades de Iberoamérica agrega -sin duda- otra arista desde la cual poder analizar ésta y tantas otras cumbres. Es que no resulta menor tener en cuenta el ánimo de los ciudadanos que miran por televisión a sus mandatarios en lujosos almuerzos, reuniones de gala, mientras que sus realidades siguen siendo las mismas o peores.

Por eso, uno de los mayores retos que se le plantean a este tipo de cumbres, es poder trasladar todo lo conversado, debatido y acordado en acciones concretas en el territorio, es decir, que tenga impacto real en la vida de cada una de las personas. En otras palabras, las principales críticas que reciben es su limitada injerencia en los efectos prácticos.

Algunos apuntan a que el sólo hecho de abrir el diálogo e identificar los problemas de la región ya es un punto importante. En el caso particular de la Cumbre Iberoamericana, se espera que la comunicación abierta con países como España y Portugal se constituya como un puente que los acerque principalmente como bloques, ya sea en lo político, socioeconómico y cultural.

Se espera que este canal abierto se mantenga con cierta continuidad, que sea base para los anteriores y futuros acuerdos y para avanzar en proyectos modestos en esferas educativas, comerciales y tecnológicas, a la vez que permite la transferencia de buenas prácticas entre los gobiernos asistentes. Los resultados que sean palpables en los próximos meses y años serán la comprobación si las cumbres siguen aportando simplemente legados simbólicos o verdaderas transformaciones.


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