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Economía Feminista: un campo que se abre para la igualdad de género

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Por: Prof. Olivia Sokol, Coordinadora del Area de Indicadores & Género de FORS.

Si bien en el campo de la economía han habido grandes avances en términos de la participación de las mujeres, todavía queda mucho camino por recorrer. El concepto de Economía Feminista se inserta en el centro del debate por la equidad de género, pero, ¿De qué se trata? Un cuestionamiento al sistema y estereotipos vigentes.

Cuando se habla de equidad de género o de feminismo, suele haber más reticencia con el segundo término que con el primero. Esto se debe a que “feminismo” contiene una carga ideológica, política e histórica, muchas veces denostada por cierto sector de la sociedad, especialmente en los medios y a veces por figuras públicas. Entonces cuando hablamos de Economía Feminista (EF), esas resistencias se pueden palpar y sólo basta con recorrer redes sociales como Twitter para comprobarlo.

Pero, ¿por qué sucede esto? una primera hipótesis podría ser por la falta de claridad que pareciera aún tener este término en el público ámplio. ¿Qué es entonces la EF? ¿Se trata de una alternativa al sistema económico predominante? ¿Se refiere a la eliminación del patriarcado? ¿La EF representa un feminismo radicalizado?

Aunque el análisis económico de desigualdades de género surgió mucho antes, desde la década de 1980, la economía feminista ha hecho visible la subvaloración del trabajo de las mujeres en las estadísticas laborales, tanto refiriéndose al tiempo trabajado como a su valor monetario a nivel nacional (PBI) e internacional. Por ello, los objetivos de la EF son: visibilizar y denunciar las desigualdades de género en sus múltiples aspectos socioeconómicos, generar una crítica de la economía ortodoxa neoliberal, trabajar en relación con el desarrollo sostenible y la globalización, y por último, construir alternativas al sistema económico dominante desde el ecologismo.

La EF busca visibilizar y denunciar las desigualdades de género en sus múltiples aspectos socioeconómicos, generar una crítica de la economía ortodoxa neoliberal, trabajar en relación con el desarrollo sostenible y la globalización.  

Como señala la economista, especialista en el tema, Eba Armendáriz Echániz, la EF es una teoría y es también acción, y según señala, tiene al menos tres objetivos principales. Primero, busca identificar los sesgos androcéntricos de las teorías económicas, que impiden tener una comprensión integral de ésta y de los procesos de inclusión/exclusión  que en ella se producen, especialmente de los marcados por el género. Segundo, esta línea de trabajo rompe con la economía convencional (ortodoxa y neoclásica). Y, por último, hay un cuestionamiento político, desentrañando las implicaciones de la estrategia capitalista.

Entonces, la EF se enfoca en temas como es el trabajo de cuidados mencionado, la segregación ocupacional, las brechas laborales, las deficiencias en modelos económicos, y plantea nuevas formas de recolección y medición de datos como el Indicador de Empoderamiento de Género (GEM), y más concientización con perspectiva de género que en última instancia busca introducción del esta propuesta en la disciplina económica.​

Tal como señala la Dra. Mercedes D’Alessandro, referente de la EF en nuestro país, un tema central en este marco, es la asimétrica distribución del trabajo doméstico no remunerado. Es decir, todas las tareas de cuidado y del hogar que realizan mayormente las mujeres y que aún hoy dedican un promedio de seis horas diarias más que los hombres. Esta labor aparece dentro de la esfera de lo privado, sin embargo, resulta fundamental para que funcione el sistema productivo en el que vivimos.

¿Por qué es relevante hoy este concepto? Por un lado, porque se construye como un campo interdisciplinario que busca reducir las desigualdades. Si bien hemos visto grandes avances en términos de la participación de las mujeres, aún falta mucho camino por recorrer. Todavía hoy perdura la brecha salarial, los techos y paredes de cristal, aun no se ha podido desmantelar y entender completamente qué ocurre con las horas que las mujeres dedican a las tareas de cuidado. Por otro lado, porque persisten las desigualdades en torno a ocupar cargos en distintos niveles de tomas de decisión tanto en el sector público como en el privado. 

Para la EF es fundamental la búsqueda de una economía que genere condiciones para una vida que merezca la pena ser vivida en términos de equidad y universalidad.

Hoy, las encuestas de uso del tiempo son una poderosa herramienta, que permiten evaluar no sólo el reparto del trabajo, sino también del ocio entre mujeres y hombres. De esta manera, comenzarán a salir a la luz aquellos problemas que hoy prevalecen en el mercado laboral.

Economía feminista y los objetivos de desarrollo sostenible

Comparada con décadas anteriores, actualmente existe una mayor participación de las mujeres en el mercado, aunque esto no siempre se traduce en mejores condiciones de vida o bienestar para la gran mayoría de ellas. En este sentido, para la EF es fundamental la búsqueda de una economía que genere condiciones para una vida que merezca la pena ser vivida en términos de equidad y universalidad.

En contextos de fuertes retrocesos en materia socioeconómica como los que están atravesando la Argentina y la región, desde la EF se pretende abonar al relato sobre el desarrollo. Es así como se cuestionan entre otras cosas, el crecimiento, el aumento del consumo y la inversión sin considerar sus efectos, por ejemplo, sobre el medio ambiente y la sostenibilidad del planeta para las generaciones futuras. Hoy, la preponderancia de lo económico en la vida social y política está a la vista, el neoliberalismo está a la orden día. En contraposición, este concepto busca transcender el androcentrismo –el hombre como el centro– de la economía ortodoxa.

¿Un futuro prometedor? Women’s March, ParoDeMujeres, NosotrasParamos. Son consignas que movilizan un proceso irreversible en la agenda de los Estados, y se observa un fervor feminista que no se observaba desde hacía mucho tiempo. Tal como señala la Lic. Corina Rodríguez Enríquez, la EF hace un planteo que podemos pensar como una utopía, algo inalcanzable pero que es el faro que nos permite caminar en un sentido diferente. La gran aspiración es correr del centro de la economía lo que hoy está en ese lugar, que son los mercados y ubicarla sostenibilidad de la vida de las personas y del planeta.


#Menstruacción: de la teoría a la práctica

“Basta de estigmatizar la menstruación”, es lo que propone la campaña #Menstruacción iniciada por el colectivo Economía Femini(s)ta que busca visibilizar esta situación, como un factor de desigualdad social, que atraviesa  además, muchas otras esferas, tales como la educación, la politica, la distribución de ingresos, salud e identidad.

Por ello, presentó dos proyectos de Ley en el Congreso que se asienta en la realidad que viven miles de mujeres en el país: la imposibilidad que tienen aquellas en situación de pobreza para poder afronrar este gasto mensual obligatorio.

Esta propuesta se da en el marco de los movimientos que de un tiempo a esta parte, vienen adquiriendo mayor relevancia y comenzaron a formar parte de las agendas de los medios, de las empresas y otras organizaciones, de la academia y ahora cobra protagonismo en el legislativo para subsanar una inequeidad en lo económico y que durante el último #8M, Dia Internacional de la Mujer pudo comprobarse también.

¿Qué proponen? En principio, la exención del impuesto al valor agreado (IVA) de todos los productos de gestión menstural, que actualmente son obligatorios pero que a su vez, no son considerados de primera necesidad. Los autores del proyecto entienden que laas mujeres pagan un impuesto por ser mujer. Esto acarrea consecuencias para las personas que menos recursos tienen ya que deben recurrir a a productos de menor calidad, se exponen a infecciones o son más vulnerables a la infertilidad, todo lo cual pone en riesgo su salud. Por eso, uno de los ejes que reclacan es la importancia de entender que este es un asunto de salud pública, no de higiene personal. En linea con esta premisa, la segunda propuesta que elevan desde Economía Femini(s)ta propone la provisión gratuita de estos productos.

Este debate, está comenzando en Argentina, pero ya lleva bastante tiempo en otros países, donde ya se ha avanzado en legislación, aunque en algunos casos con resultados no tan favorables. Según explica una nota publicada por el medio Público.es el pasado 11 de marzo, en 2007  la Unión Europa, aprobó una directiva  que impide aplicar un IVA menor al 5% para los artículos de relacionados con la menstruación, pues son considerados por la Comisión Europea como de lujo o no esenciales. “Irlanda por su parte, pudo escapar de esta directriz al establecer con anterioridad que las compresas, los tampones y las toallitas íntimas no podían estar gravadas con ningún impuesto de valor agregado. En Francia, el IVA para los artículos de protección sanitaria femenina pasó del 20% al 5,5% desde enero de 2016. El Consejo de Ministros de Bélgica también aprobó en octubre del año pasado la reducción del IVA del 21% al 6% para esta clase de productos” explican. La información continúa con el  Reino Unido que en el año 2000 bajó del 17,5% al 5% la tasa para esta categoría de bienes, pero a raíz de presión social el Parlamento aprobó una enmienda hace dos años para suprimir el IVA de las compresas, los tampones y las copas menstruales. “Sin embargo, una serie de modificaciones que introdujo la Comisión Europea en enero de este año fuerza a este país a retrasar la vigencia del impuesto cero sobre este tipo de artículos al menos hasta 2022” aclaran. ¿Quines son los que más impuestos aplican? Alemania e Italia, que gravan los productos de higiene femenina con un IVA del 19% y el 21%, respectivamente. 

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