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Fundación Tablao de Andalucía: una organizaciónque nace con un objetivo mayor: transformarse en un colegio donde el arte sea el protagonista.

Como a cientos de organizaciones de la sociedad civil hoy en Argentina, para la Fundación Tablao de Andalucía, el camino se les hace cuesta arriba. Estas entidades que nacen con un fin social y de compromiso desinteresado con sus comunidades, luchan hoy por subsistir frente a desafíos diarios como pagar los servicios, conseguir apoyo estatal o empresarial, sobreponerse a robos o algo tan fundamental como mantener la esperanza en las personas con las que interactúan.

Su fundadora y presidenta, María Josefina Siarez, es el motor que mantiene en funcionamiento este espacio cultural, para que niños y adolescentes de la ciudad cordobesa de Alta Gracia, puedan capacitarse -y lo que es más importante aun- expresarse.

Hace ocho años, inspirada por el vínculo que sus hijos tenían con la música y la danza, Siarez se propuso alcanzar un sueño: crear un colegio, pero no como cualquier otro. ¿De qué se trata? Es una institución educativa que estará regida -al igual que los demás por la currícula escolar del Ministerio de Educación- para nivel inicial, primario, secundario y terciario, pero donde las artes tendrán un lugar protagónico.

Según relata Siarez, si bien ya cuentan con personería jurídica desde el año 2015 para su creación, el camino recorrido no fue facil y todavía queda mucho por andar. “Al inicio me dijeron que era medio demencial, irrisorio y no lo aprobaban. Pero gracias a Dios, esto cambió unos años atrás porque realmente vieron que la música y la danza son importantes, complementan y refuerzan el contenido teórico en el aula y generan mayor estímulo para los alumnos. Por eso, las actividades artísticas están incorporadas dentro del colegio, como materias oficiales” explica. Además, como fruto final de esta formación, los alumnos obtendrán una certificación que les permita dar clases de música, (guitarra, piano, percusión), de danzas folclóricas nativas argentinas, españolas o arabes.

Sin perder el entusiasmo del primer día, su energía se centra hoy en seguir ofreciendo los talleres de Kung Fu, danzas, yoga y guitarra entre otros, hasta conseguir un terreno que cumpla con los requerimientos técnicos que les exigen para comenzar a materializar la escuela.

Actualmente además de estas clases, los 35  niños de 4 años en adelante y adolescentes que asisten a la entidad, reciben los fines de semana el almuerzo, un aporte fundamental para las familias humildes, de esta localidad que cuenta con 50 mil habitantes y se ubica a 36 kilómetros de la capital provincial.

Por ahora, las actividades de Tablao de Andalucía se llevan adelante en una casa antigua alquilada y a modo de contribución, se solicita -a quienes puedan pagarlo- un bono mensual de $200 pesos, aunque eso nunca ha sido un motivo para dejar a ningún niño fuera de la institución. “Como la situación está complicada, hago una rifa, un locro y les pido a ellos y a sus familias que colaboren vendiendo los números”. 

Lo que se comparte y se enseña en este espacio va mucho más allá de un paso de baile, cómo utilizar una herramienta o una toma de artes marciales. Siarez y sus hijos se esmeran por transmitirles también valores para que en el futuro sean ciudadanos de bien. En un tono cálido subraya “quiero concientizar a los chicos que ellos pueden, que pueden mejorar su calidad de vida, con sus principios. Que entiendan que ellos son importantes”. 

Así, cuenta orgullosa cómo, a través de una contención permanente y a puertas abiertas, la Fundación ya es hoy un punto de encuentro comunitario, donde los niños llegan a hacer la tarea, a recibir un plato de comida o simplemente en busca de la atención -que por diversos motivos- muchos no reciben en sus hogares. Además, como en diversas partes del país, la falta de oportunidades y un futuro poco esperanzador para los jóvenes los lleva a tomar decisiones erradas, por ese motivo, a pesar de las adversidades resume la importancia de mantener la Fundación vigente: “La estamos pulmonenando y cuerpeando como podemos” resume Siarez.  Como parte de ese mismo cormpromiso, los docentes que hoy forman parte del equipo de la organización realizan su trabajo de manera voluntaria, sin cobrar por ello honorarios.

Es que la Fundación subsiste económicamente sólo a través de medios propios. “No tenemos una ayuda del gobierno. Se que hay planes, pero a nosotoros no nos otorgan ninguno. Pienso que en algún momento las cosas van a cambiar, porque lo hacemos a pulmón y a corazón. Alguien nos tendrá que ayudar. Ya golpeamos las puertas varias veces pero nunca recibimos nada” explica. 

Su peregrinaje para obtener apoyo estatal o de alguna empresa, la comparte con  muchas entidades del sector social hoy en la Argentina y como referente de una de ellas se lamenta de la dificil situación que vive hoy nuestro país. Con preocupación y un poco de tristeza expresa: “Pienso que nunca ha estado asi. Pienso que hay mucha gente capaz, que quizás tenga corazón y se pueda dedicar al pueblo. Que no piensen con el bolsillo y no piensen en seguir pidiendo prestamos que nos está arruinando cada vez más”. 

La gratificación que recibe a cambio de su esfuerzo, es lo que la alienta a no bajar los brazos, incluso luego de haber padecido cuatro robos, donde se llevaron hasta pintura que tenían para mejorar el lugar. “La satisfacción que recibo es ver que los chicos vienen, de que se sienten comodos, su carita de agradecimiento cuando te dan un abrazo grande y se van. O cuando la mamá me dice: `vos no sabés lo que me hartó para venir´. Entonces quiere decir, que lo que yo hago no está mal… El proposito está” y agrega: “¿Si me cuesta? Si, horrores. Pero yo quiero llegar a mi objetivo final que es el colegio. Todo esto que está pasando creo que son peldaños, trabas y pruebas para llegar a eso. Por más cosas que nos hayan hecho, que nos rompan los vidrios, que nos roben, nosotros si o si vamos a llegar. Dios dirá cómo. Yo sigo y mientras tanto,  ya estoy pensando qué les voy a dar de comer a los chicos mañana.


¿Cómo colaborar?

Si bien la necesidad principal de la Fundación Tablao de Andalucía es hoy un terreno que les permita crear el colegio, carecen de otros asuntos que les ayudarían a llevar adelante sus actividades. Cada fin de año, la entidad recibe a vecinos del barrio, que no tienen con quien pasar las fiestas navideñas. AsI, en 2018, el Hotel Hispania, les donó la mesa dulce y Casa Oviedo participó prestándole sillas y tablones para los comensales.

Pero hay muchas más maneras de colaborar. Por ejemplo:

– Necesitan piezas encastrables de goma eva, para cubrir el piso y realizar de manera segura actividades como yoga o kung fu.

– Alimentos para los almuerzos de los niños y jóvenes.

– Material de estudio para las clases o materiales para las actividades artísticas y deportivas.

– Artistas o empresas que quieran apadrinar a la organización y mantener un vínculo más estable de acompañamiento.

Si tenés algo con lo que puedas colaborar con la Fundación ponete en contacto.
TODO ES BIENVENIDO

Para ayudar contactarse a:

[email protected]
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