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Más y menos huella material

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Las acciones que se realicen en la actualidad, marcan el futuro de las próximas generaciones. Claves y alertas para asegurar una mejor calidad de vida hoy y mañana. 

“Hacer más y mejores cosas con menos recursos” es el objetivo del “Consumo y la Producción Sostenibles”. En el mundo actual -y a la hora de hablar de lo que pueden esperar las próximas generaciones- se posiciona como un tema primordial que no puede esperar. En decir, que las políticas responsables que se apliquen hoy, se traducen en un mecanismo fundamental para mejorar los niveles de vida, sin poner en juego las necesidades de recursos, de quienes vendrán después.

Es por eso, que el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) Nº12 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, creada por Naciones Unidas, se propone alcanzar una “Producción y consumo responsable” a nivel mundial. Se busca en este marco, separar el crecimiento económico de la degradación del medio ambiente, aumentar la eficiencia en el uso de los recursos y promover estilos de vida más sostenibles.

Pero, ¿cómo se logra? El Informe 2018 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible realizado por Naciones Unidas, además de brindar un panorama actualizado del estado de avance en las metas pactadas, ofrece algunas claves que gobiernos y organizaciones debieran tener en cuenta. “Se trata de crear ganancias netas de las actividades económicas mediante la reducción de la utilización de los recursos, la degradación y la contaminación, logrando al mismo tiempo una mejor calidad de vida” explican y agregan que “se necesita, además, adoptar un enfoque sistémico y lograr la cooperación entre los participantes de la cadena de suministro, desde el productor hasta el consumidor final”.

La huella material

Entre los datos que aporta el documento, se destaca que “la huella material de los países en desarrollo ha aumentado pero continúa siendo mucho menor que la de los países desarrollados”. ¿Qué se entiende por huella material? “se refiere a la cantidad total de materia prima extraída a nivel mundial, a lo largo de toda la cadena de suministro, para alcanzar la demanda de consumo final de dicha economía” explican. Así, las personas dependen de esos materiales para satisfacer sus necesidades básicas: alimento, vestimenta, agua, refugio, infraestructura y muchos otros aspectos de la vida. En gran parte del mundo en desarrollo, un aumento de la huella material es necesario para mejorar los niveles de vida de las crecientes poblaciones. No obstante, aclaran que -al mismo tiempo- es importante reducir la dependencia de las materias primas y fomentar su reciclaje para disminuir la presión y los efectos sobre el medio ambiente.

Los números indican que hubo una mejora importante en el nivel de vida material de los países de desarrollo, aumentando su huella material per cápita, de 5 toneladas en el año 2000 a 9 toneladas en 2017. En gran medida, este aumento se atribuye al incremento del uso de minerales no metálicos, lo cual apunta al crecimiento del sector de infraestructura y construcción. Además, para todos los tipos de materiales, los países desarrollados han al menos duplicado este indicador, en comparación con la de los países en desarrollo. Sin embargo, los autores hacen una salvedad que plantea una diferencia entre países: “la huella material de los combustibles fósiles es más de cuatro veces mayor en los países desarrollados que en los países en desarrollo. Debido a que los combustibles fósiles repercuten directamente en el medio ambiente de varias maneras, se vuelve fundamental la necesidad de separar su uso del crecimiento económico para lograr un consumo y una producción sostenibles”.

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