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Las editoras de género ganan espacio en los medios

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Por Prof. Olivia Sokol, responsable del Área de Indicadores & Género de FORS.

La figura de editora de género irrumpe en los medios de comunicación que ya comienzan a recoger las demandas sociales y del movimiento feminista en particular.

Hace muy poco se conoció la noticia de que la periodista deportiva Angela Lerena, será la primera mujer en la historia de nuestro país en comentar los partidos de la selección argentina de fútbol. Eso nos hace reflexionar sobre qué nos dirán las futuras generaciones cuando les contemos que en nuestro tiempo esto era noticia, pero además invita a preguntarnos ¿por qué es noticia que una persona capacitada para relatar un partido de fútbol ocupe un cargo hecho a su medida? La respuesta la encontramos en que las mujeres aún tenemos espacios vedados, pero que son caminos que se están allanando cada vez más a nuestro paso.

Cuando profundizamos en los medios de comunicación, si bien se ha avanzado mucho y hoy las redacciones de los distintos medios de comunicación tienen muchas mujeres entre sus filas, aún tenemos poca capacidad de decidir, de priorizar y de hacer valer nuestra mirada sobre lo que nos rodea.

En este marco se torna crucial la figura de la editora de género. Un rol que fue creado por primera vez para Jessica Bennett periodista del New York Times. El impacto de las manifestaciones de los movimientos de mujeres jugó un papel fundamental para tomar la decisión de crear este puesto. En palabras de Bennett en su trabajo “hay que reflexionar sobre el modo en que se habla de las mujeres en los artículos, sobre los temas que se cubren, los que no se cubren, si el tratamiento que hacen es imparcial. No se trata solo de mejorar la representación de las mujeres en las páginas del diario, sino también reflexionar sobre el hecho de que a nuestros artículos los leen y comentan más los hombres. ¿Cómo reducir esa desigualdad?” (Fuente: Cheek 27 mayo 2020).

La decisión de que haya una representación más equitativa de mujeres y hombres en los contenidos de los medios de comunicación responden a una evolución ciertamente lógica de la sociedad que pretende lograr mayor equidad. Ahora el desafío es ponerle lentes de igualdad de género a los contenidos, reducir la comunicación sexista y estereotipada. En nuestro país la primera en tener un rol similar fue la filósofa y política Diana Maffía, quien fue la primera Defensora de Género para el diario Perfil, realizando un trabajo en esa redacción que involucraba una revisión de los artículos ya publicados.

Si bien se ha avanzado mucho y hoy las redacciones de medios de comunicación tienen muchas mujeres entre sus filas, aún tenemos poca capacidad de decidir, de priorizar y de hacer valer nuestra mirada sobre lo que nos rodea.

En el último tiempo varias redacciones han designado periodistas para que asuman el rol de editoras de género. Sus funciones tienen que ver con trabajar para que la perspectiva de género sea transversal a todas las secciones del diario en sus diversas plataformas, así como en otros productos de la editorial. Desde su lugar, buscan mantener los temas de género en agenda, contar y visibilizar historias de mujeres y promover la consulta de fuentes femeninas para todo tipo de notas. Su actividad no se queda ahí, ya que incluye el monitoreo de los contenidos periodísticos publicados, la organización de capacitaciones transversales y obligatorias y en ser una fuente permanente de consulta para los compañeros y compañeras de la redacción

En el mes de septiembre la comunicadora Belén Spinetta, de la Asociación Civil Comunicar Igualdad, publicó una investigación titulada, “Editoras de género en medios de comunicación de Argentina: avances, disputas y tensiones en la construcción de un periodismo feminista”. En ella entrevistó a 8 editoras de género en medios de todo el país y en todos los soportes. Entre los datos relevantes que se desprenden de esta investigación, podemos mencionar que, para la mayoría de ellas, su empleador vinculaba específicamente su rol con la ardua tarea de transversalizar la mirada de género a todas las secciones de su medio de comunicación. En este sentido, varias coincidieron acerca de que la implementación del cargo en los medios, no solo se trató de una decisión vinculada a que son temas en agenda imposibles de pasar inadvertidos, sino que más bien fue una acción de responsabilidad social de parte del empresariado. Además, estas editoras resaltaron que la creación de este cargo en algunos casos también se vinculó con la influencian de acuerdos que algunos medios han firmado con organismos como la ONU, que los insta a que se comprometan a incorporar la perspectiva de género en sus contenidos. Por otra parte, 4 de ellas mencionaron antecedentes de casos de violencia al interior del medio y valoraron la creación del cargo como apuesta política frente a esa realidad.

La creación de esta figura y la decisión de adoptar esta perspectiva, estuvo en todos los casos vinculado con la necesidad de realizar capacitaciones. En contexto de Aislamiento producto del COVID tuvieron que transformarse en virtuales y a distancia, pero sus objetivos siguen intactos: convertirse en la base fundamental para establecer criterios básicos en torno a la temática de la igualdad de género. En este marco, estas editoras comienzan a ser referentes de consulta sobre la información a publicar, independientemente de que los contenidos tengan o no que ver con cuestiones de género.

Tal como señala Spinetta en su informe, la irrupción de la figura de editora de género es un avance -aunque solo sean 8 y puede parecer poco- es el resultado de medios de comunicación obligados a recoger las demandas que vienen de la sociedad civil y del avance del movimiento feminista en particular.

Este puntapié inicial deja en claro que los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad en la imagen pública de las mujeres y otras diversidades. Esa imagen se nos crea en primer lugar a través del lenguaje que utilizan: este puede ocultarles, discriminarles e incluso denigrarles. Por el contrario, un tratamiento igualitario frente a audiencias atentas a la publicación de los contenidos del discurso mediático, puede contribuir a visibilizar y acelerar el avance hacia la igualdad en muchos otros ámbitos.

 

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