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El cambio climático trae secuelas no siempre analizadas: migraciones dentro de cada país. El Banco Mundial y un informe que da cuenta de esto en cifras, números y rostros humanos.

Según el nuevo informe del Banco Mundial “#Groundswell: Prepararse para las migraciones internas provocadas por impactos climáticos”, a menos que se tomen medidas urgentes de acción climática a nivel nacional y mundial, para el año 2050 en África al sur del Sahara, Asia meridional y América Latina más de 140 millones de personas podrían verse obligadas a migrar dentro de sus países. Estas tres regiones representan el 55 por ciento de la población del mundo en vías de desarrollo y de acuerdo al documento, esos 140 millones equivalen a casi 3 por ciento de los habitantes de estos lugares.

Se trata de una ola grande de gente que va a migrar de zonas menos viables con menor acceso al agua y menor fertilidad, afectadas por la suba del nivel del mar y oleadas de fuertes tormentas hacia áreas más favorables. Los lugares más pobres y más vulnerables con respecto al clima serán las más golpeadas. Estas tendencias van a tener implicancias mayores para los sectores sensibles al clima y para la adecuación de la infraestructura y los sistemas de apoyo social. Para el Banco Mundial todo esto se recrudecerá y acelerará salvo que se reduzcan en forma significativa las emisiones de efecto de gas invernadero y se tomen acciones sólidas a nivel global y dentro de cada país.

El trabajo, cuyos autores son Kanta Kumari Rigaud, Alex de Sherbinin, Bryan Jones,Jonas Bergmann, Viviane Clement, Kayly Ober, Jacob Schewe, Susana Adamo, Brent McCusker, Silke Heuser, y Amelia Midgley, es el resultado de una labor conjunta y minuciosa.

Llegando al territorio

Según Kristalina Georgieva, CEO del Banco Mundial, en el prólogo del informe, todos los días el cambio climático se vuelve una amenaza social, económica y existencial para los países y las personas. “Vemos esto en ciudades que enfrentan crisis del agua sin precedentes, en áreas costeras sufriendo tormentas feroces, o en regiones que otrora eran vibrantes zonas agrícolas y ya no pueden sostener cereales esenciales para la alimentación. Y en forma creciente vemos al cambio climático como motor de migración, forzando a individuos, familias e incluso comunidades enteras a buscar lugares más viables y menos vulnerables para vivir”.

Y aclara que si se toman las medidas a adecuadas a nivel global, el número de migrantes podría reducirse en más de 10 millones. “Existe ahora la oportunidad de planificar y actuar sobre estas amenazas. En el Banco Mundial apoyamos a los países para enfrentar el cambio climático y construir sistemas de protección social sólidos y robustos”, define.  Y afirma que trabajan con los países en diversos aspectos desde el análisis de inversiones en energía renovable a mecanismos de seguros climáticos para proteger a los países más afectados por este tema. Como también ayudan a los países a identificar los riesgos a los que se enfrentan y también en el diálogo global para manejar y prepararse para el cambio climático y sus efectos de una manera más adecuada. “Si no actuamos, la migración climática será el costo humano del cambio climático. Comprender la escala de esta migración climática interna y externa y los patrones de los movimientos de personas es crucial para que los naciones puedan planear y prepararse”, enfatizó.

Este informe es el primero en su tipo en introducir los impactos del clima en la distribución futura de la población. Además se centra no tanto en eventos rápidos como inundaciones y huracanes sino en aquellos más lentos como la baja productividad de la tierra y el aumento del nivel del mar y cómo repercuten en la migración interna en las tres regiones seleccionadas. También estudia tres subregiones. África del Este, Sudeste asiático y México y América Central de acuerdo a patrones climáticos, demográficos, migratorios y de sustento. A su vez, los resultados se contextualizaron en tres países: México, Etiopía y Bangladesh.

Por otra parte, el informe considera tres escenarios posibles: pesimista (altas emisiones con desarrollo no equitativo; desarrollo más inclusivo pero altas emisiones; bajas emisiones y desarrollo inequitativo. Estos escenarios permiten que los responsables de políticas públicas pueden planificar mejor las posibles migraciones tanto internas como externas y sus impactos.

Según el Banco Mundial, en el caso de las tierras altas del norte de Etiopía, la deteriorada escasez de agua y los bajos rendimientos agrícolas llevarán a migrantes del clima a zonas con mayores lluvias y productividad. Incluso Addis Ababa, principal ciudad del país, podrá ver un decrecimiento de su población debido a la imposibilidad de predecir la caída de lluvia. En Dacca, Bangladesh, y Dar es Salaam, Tanzania, podrían sufrir una situación parecida debido al alza del nivel del mar y a mayores tormentas.

En cambio, Bangalore, India; la meseta central cerca de la ciudad de México, la ciudad de Guatemala y Nairobi, Kenia, probablemente vean crecer su población debido a migraciones desde otras zonas empujados por el cambio climático. Por lo que, de acuerdo al informe, planificar acciones tempranas puede ayudar a prepararse para esto, ya sea en temas habitacionales, infraestructura de transporte, servicios sociales y oportunidades de empleo. Así, por medio de políticas públicas se pueden crear servicios sociales flexibles que incluyan a los migrantes.

A su vez, si el tema es bien llevado se puede transformar en algo positivo para la ciudad o zonas urbanas logrando economías de escala. Por otra parte, las regiones que expulsen gente conservarán población y también hay que atender esas necesidades e implica apoyar a los pobladores para que se adapten localmente a la nueva realidad.

Los componentes de una exitosa estrategia de adaptación local incluye: inversión en infraestructura climáticamente inteligente, diversificación de actividades de ingreso, construcción de sistemas financieros que respondan a grupos vulnerables y educación y empoderamiento de mujeres.  Según el documento, la reducción de la pobreza y los programas de protección social que apuntan a zonas rurales pueden ayudar a esta adaptación, reduciendo así, la necesidad de las personas de irse de su lugar en momentos de aflicción.

Sin embargo, en el Banco Mundial, creen esta adecuación tiene sus límites. Si no se perciben lugares con mejores oportunidades, existe el riesgo de que los habitantes se queden en las zonas donde las condiciones se deterioran. Por ejemplo, en el área costera de Bangladesh, la salud se ha visto seriamente afectada por la intrusión de agua salada en la provisión de agua potable, todo esto relacionado con la suba del nivel del mar. “Las remesas de familiares que trabajan en sitios remotos puede inducir a la gente a quedarse en esta región, incluso en contra de su mejor calidad de vida. Sin la adecuada intervención de políticas públicas, diversos incentivos perversos pueden minar la salud y el bienestar de comunidades”. Los migrantes de clima internos no necesariamente se frenan en las fronteras. Si bien el estudio no se concentra específicamente en este tema, el modelo identifica puntos de migración en áreas cerca de los límites con otros países. El cambio climático puede ser inhibidor o producir emigraciones.

La realidad en cifras

“El cambio climático plantea un gran desafío para el desarrollo humano y la planificación. Los sectores más vulnerables son los que menor oportunidad tienen para adaptarse o de alejarse del riesgo, y si migran, lo hacen como último recurso. Otros, aún más vulnerables, no podrán moverse, atrapados en sus hábitats cada vez más inviables”, dicen los autores del documento.

Esto podría agravar los números del escenario más pesimista, combinado con altas emisiones y crecimiento de la población empinado. Así, en el peor pronóstico, la cifra de migrantes podría llegar a 143 millones, cerca de 86 millones para África Subsahariana, 40 millones en el Sudeste asiático y 17 millones en América Latina. La gente más vulnerable de los países más pobres son los que más sufrirán los impactos. En cambio, según el documento, los escenarios de desarrollo más inclusivo, la migración interna podría caer entre 65 y 105 millones. En el modelo de “más amigable con el clima”, se calcula un rango de entre 31 y 72 millones.

Voces humanas

El informe del Banco Mundial sobre migraciones internas debidas al cambio climático recoge la voz de personas de carne y hueso afectadas por el fenómeno. “En la época de sembrar, no llovía, pero cuando no queríamos, llovía. Esto creó sequía y por esta razón quise dejar de sufrir. Quise probar suerte en la ciudad. Así que vine a Hawassa”, afirmó Wolde Danse (28) Etiopía. “Las inundaciones se producen todos los años pero cada vez la situación es peor. Ahora toda mi familia está viviendo en la casa de un pariente. No quiero volver a mi pueblo, principalmente por la crecida. En Dacca, puedo trabajar y tener una vida más segura”, testimonió Monoara Khatun (23), de Bangladesh. “Acá tenemos trabajo por lo que la gente migra poco. No existe la necesidad de irse. En el sector forestal hay empleo. La calidad de la madera es una de nuestras prioridades. Tenemos el famoso sello de madera verde y no todas las comunidades lo poseen”, reflejó Javier Martínez (26) México.

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