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Atenea, unión de mujeres.

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Lanzan la primera Federación Argentina constituida por Cooperativas de Mujeres y Diversidades Autogestionadas. Un espacio nacido con el objetivo de cambiar el paradigma de la Economía Social con la mirada de género puesta en el trabajo.

La desigualdad de género es un rasgo que -sin duda- atraviesa a nuestra sociedad desde hace siglos. Sin embargo, como se observa en distintos planos tales como el educativo, el cultural, el económico, transitamos un despertar social que comienza a poner en tela de juicio algunos preceptos que acentúan esta brecha y que se encuentran profundamente inmersos en el inconsciente colectivo. 

Esta semilla, que los movimientos feministas están diseminando en las distintas esferas ya está dejando sus frutos y uno de esos espacios donde se logró plantar, es en el marco de la Economía Social y Solidaria de Argentina. 

Así, en el inicio mismo de la tormenta que representó la pandemia para la situación laboral y sanitaria de muchas mujeres del sector, un grupo de cooperativistas -ocho textiles y dos de comunicación- decidieron unirse y conformar Atenea, la primera “Federación Argentina constituida por Cooperativas de Mujeres y Diversidades Autogestionadas”.

Decidieron nombrar este espacio apoyándose en los valores que representa la Diosa griega Atenea, protectora de las hilanderas, “cuyo ímpetu y sabiduría rompe el paradigma de la mujer `en el hogar´ y demuestra que su esencia es luchar, tejer la trama de su propio destino, retomar el hilo de la vida hacia un lugar de emancipación y de libertad” según explican en el manifiesto de la entidad. 

El objetivo que guía a estas mujeres consiste en ampliar las bases de las unidades productivas, ser independientes y hablar de y con sus pares del sector, con la finalidad de retomar el hilo de la historia y cambiar el paradigma de la Economía Social con la mirada de género puesta en el trabajo. 

A veces nos sentíamos excluidas, desplazadas, invisibilizadas. Entonces, empezamos a juntarnos y a darnos cuenta de que no estábamos solas y que no estábamos tan equivocadas en algunos planteos.

Para comenzar a transitar este recorrido, encontrar un punto de encuentro y apuntar hacia la visibilización de la mujer fueron el punto de partida. “En 2020 hubo una unidad muy fuerte entre nosotras porque hubo situaciones bastante complicadas de atravesar, muchos obstáculos y no es fácil en el cooperativismo como sector que tiene un problema muy grave en cuanto a la representación de las mujeres” plantea Analía Coccolo, Secretaria de Atenea. “A veces nos sentíamos excluidas, desplazadas, invisibilizadas. Entonces, empezamos a juntarnos y a darnos cuenta de que no estábamos solas y que no estábamos tan equivocadas en algunos planteos” agrega. 

Coccolo define este camino como revolucionario. “En algún punto lo es porque ningunas de las compañeras se han animado a hacerlo, pero no porque no tengan la capacidad, ni se les haya ocurrido, sino porque realmente es muy fuerte y es una decisión de imponerse a una lógica que hoy impera y vos querés cambiar: la lógica patriarcal”.

 Por la independencia

Por definición propia, el ámbito de la economía social ha sido históricamente un espacio de inserción laboral de aquellos que por su edad, su nivel educativo, alguna carga familiar o cualquier otra razón no encuentran lugar dentro del mercado de trabajo formal. Su dimensión no pasa desapercibida ya que según los últimos relevamientos alrededor de 27 millones de personas están vinculadas a este sector en la Argentina. 

Si tenemos en cuenta que la informalidad y la precarización afectan mucho más al mundo femenino, dado que los hogares monoparentales están sostenidos mayoritariamente por mujeres y la carga de cuidados domésticos siempre ha recaído mayormente en este sentido, la creación de Atenea cobra aun más relevancia. 

Según reflexiona Coccolo, en el mundo del cooperativismo todavía queda mucho por trabajar ya que “por ahora hay mucha declamación, pero poca acción” afirma. Entre las problemáticas que señalan se encuentra la discriminación, la falta de acceso a los puestos de toma de decisiones enraizados en los sesgos de género que terminan por incluir a las mujeres en determinados puestos pero no así en cargos directivos. Puertas afuera, el entorno tampoco acompaña dada -por ejemplo- la sobrecarga de las tareas domésticas y de cuidado que recaen sobre las mujeres a lo que se suma actualmente el trabajo remoto por el aislamiento con el agregado de ayuda a los niños y niñas en edad escolar. 

Frente a este escenario, proponen una mirada estructural y amplia del problema. Por ello, se enfocan en la promoción, representación y defensa de los intereses económicos, culturales y gremiales, así como también de los valores humanos, sociales y profesionales de la mujer en su condición de trabajadora autogestionada y la búsqueda de independencia económica, no sólo como bandera, sino como símbolo de la lucha feminista, con inclusión para todas las mujeres y diversidades dentro del ámbito cooperativo.

Apuntan a la búsqueda de independencia económica, no sólo como bandera, sino como símbolo de la lucha feminista, con inclusión para todas las mujeres y diversidades dentro del ámbito cooperativo.

Coccolo explica la esencia de la organización en pocas palabras: “Es un espacio de contención”. Además de promover la igualdad oportunidades entre mujeres, hombres y diversidades en el acceso y desarrollo de la actividad cooperativista, de incorporar la perspectiva de género en el seno del movimiento y de trabajar para aumentar el número de mujeres en todos los niveles, buscan tener una voz activa en las conversaciones y debates que marcan la agenda de esta temática. 

Como complemento a esas metas están organizando instancias de formación, redes de apoyo y espacios de encuentro, colaboración y reflexión entre las socias.

En el marco de este abordaje múltiple, Coccolo tiene a su cargo la gestión de la esfera cultural del proyecto. En ese sentido, comenta que el conjunto de estas actividades es lo que va a permitir “cambiar el chip”. “Para que el patriarcado caiga primero hay que dar una discusión mucho más profunda, hay que transformarlo en otra cosa, porque si no vamos a ir por el camino más largo. Yo me pregunto ¿El tema de la igualdad en el sector de la economía social y solidaria realmente se está llevando adelante? Excluir a compañeras y diversidades no está siendo conducente con esa premisa, es una contradicción” enfatiza. 

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