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Una rápida mirada sobre el ambiente en el nuevo siglo.

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Una pausa para analizar los datos y eventos que marcan el rumbo internacional en materia ambiental. ¿Qué sucede en Argentina? Avances, retrocesos y la necesidad de profundizar conductas positivas desde el Estado, el sector privado y toda la comunidad de la producción y el trabajo. Ley Yolanda, una oportunidad de transformación a partir de la educación. 

Por Homero M. Bibiloni: Abogado, especialista y docente en derecho administrativo y ambiental en grado y postgrado (UNLP; UNAJ, UNNE, UNDAV). Ex Subsecretario y Secretario de Ambiente de la Nación y Presidente de  la AUTORIDAD DE CUENCA DEL MATANZA RIACHUELO. Ha Presidido la Convención Internacional Contra la Desertificación y la Sequía de Naciones Unidas 2009 Coordinador Lic. Gestión Ambiental UNAJ. Director Especialización Derecho Ambiental (Derecho UNLP): Docente Ley Yolanda en  diferentes poderes  federales y provinciales.

La escasa lectura operativa de hitos internacionales

Cuando analizamos la secuencia de actos o eventos internacionales relevantes en materia ambiental, podemos concluir que hace 50 años que se vienen anunciando sistemáticamente la necesidad de profundizar conductas globales y singulares ambientales positivas y concretas  para detener esta caída libre en la que estamos envueltos, hasta que más temprano que tarde (y no falta tanto) entremos en un punto de no retorno verdaderamente catastrófico, cambio climático mediante. Veamos algunos de estos mojones:

  1. Discurso de Juan D. Perón a los Pueblos del Mundo (02/1972)
  2. Conferencia Naciones Unidas Estocolmo  (06/1972)
  3. Río 92. (1992)
  4. Río + 10 (2002)
  5. Río + 20 (2012)
  6. ODS y Laudato Si (2015)

Por tanto, como especie supuestamente inteligente -por intereses concretos- desoímos los mensajes que estadistas, organizaciones internacionales, convenciones y planteos ecuménicos advierten con el pertinente  aval científico. 

Hace 50 años se viene anunciando sistemáticamente la necesidad de profundizar conductas globales y singulares ambientales positivas y concretas  para detener esta caída libre en la que estamos envueltos, hasta que más temprano que tarde entremos en un punto de no retorno.

Retrocesos constantes. 

Basta pensar que un árbol nativo que tardó 50 o 60 años en crecer es talado en menos de 10 minutos, y que en poco tiempo, un derrame de petróleo destruye corales milenarios (Golfo de Méjico) y en un par de años eliminamos -por ejemplo- abejas y biodiversidad con agroquímicos para dar el contraste de la velocidad de los impactos con las consecuencias  lógicas  de que la naturaleza no puede evitarlos, absorberlos, biodegradarlos y/o recomponerlos, pese a su infinita generosidad. Asimismo, en paralelo, unas pocas personas planetariamente  (menos de 50) poseen igual patrimonio que 3.800 millones de almas, con lo cual, la balanza del poder de las decisiones cada vez se concentra más en menos, con claro pronóstico reservado de lo que sucede a través de la historia observando la conducta de los poderosos.

Consecuencias actuales 

Está escrito que cuando pasemos el 1.5 de aumento de promedio de la temperatura en la Tierra, GAIA, Casa Común o Pacha Mama y lleguemos a 2 grados, – vamos camino a ello con gran tenacidad suicida-  conforme los reportes de la COP de Cambio Climático en Egipto, llegaremos al punto de no detención de las causalidades que se habrán de producir por fenomenales lluvias en poco tiempo, sequías insoportables que eliminarán la vida en términos socio ambientales, temperaturas récord, aumento del nivel del mar, nuevos millones de desplazados ambientales, más disputas para poder hacer uso de los bienes naturales (siendo que este factor es ya evaluado por los grandes potencias como cuestiones bélicas potenciales), a lo que habrá que sumar la escasez global del agua por derretimiento de glaciares. 

A ello sumemos que la maquinaria industrial avanza en producir alimentos con cada vez menos calidad y nutrientes, con lo cual, se conspira en contra de una población sana desde la misma infancia en adelante, privilegiándose el negocio de semilleros y químicas en sinergia global contra las producciones agroecológicas. 

Avances

Para no perder el optimismo podemos decir que existen propuestas diagnósticas suficientes para iniciar acciones concretas, pero hay algunos prerrequisitos inexorables:

  • Decisión política.
  • Multicompetencialidad pública. 
  • Asistencia de las universidades públicas para traccionar más rápidamente los cambios de paradigmas de consumo y producción.
  • Compromiso privado verificable.
  • Acciones individuales como consumidores ambientalmente responsables para orientar la producción del mercado. 

Ello permitiría darle carnadura al principio de las responsabilidades comunes de cumplir con los mandatos legales pro ambiente en función de aquellas que son diferenciales porque son cuanti y cualitativamente diferentes por el peso específico de su nivel de impacto. Dato importante a considerar en el marco de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE).

Y sumado a ello, la relevancia que tiene haber incorporado el género y los derechos humanos (esto recientemente a través de la ONU de manera formal) como datos indisolubles a lo ambiental, que amplía su carácter transversal y holístico.

Sin líneas de base y datos de medición constantes, es imposible construir futuros perennes con igualdad para los más desiguales.

Estado del ambiente nacional, provincial y municipal.

La sincronía nación, provincia y municipios con las comunidades actorales organizadas del tema en las respectivas jurisdicciones, deberán mantener actualizados los estados del ambiente recíprocos para medir avances o retrocesos, que causalmente impactarán en el aceleramiento o cambio de políticas, en función de lo indicado en los primeros puntos.  Sin líneas de base y datos de medición constantes, es imposible construir futuros perennes con igualdad para los más desiguales (siendo que son muchos, dato quizás que corresponde acentuar) e inclusión solidaria.

La ley Yolanda. 

No solo es un reconocimiento al género, sino a una militante ambiental que ocupara la máxima jerarquía ambiental en el gobierno del Gral. Juan Domingo Perón (1973-1974) de tremenda calidad humana y versación científica. Esta Ley, la número 27592 obliga a un proceso de información y sensibilización a los tres funciones del poder del Estado Nacional (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) sobre temas centrales a la gestión ambiental, la cual, sustantivamente realizan, amén de sus cometidos constitucionalmente específicos (gobernar, legislar, juzgar). Esta norma es un portal que cuando se ingresa no hay forma de volver a un estado anterior, sino que la opción única es mejorar los estándares ambientales específicos  y operativos.

Experiencia social compartida: UNAJ – EDUFORS. 

Siendo que las Universidades – por su perfil multidisciplinar- son aliadas centrales para abordar las cuestiones ambientales,  tanto en relación al sector público como privado, cabe mencionar el acuerdo de la Universidad Nacional Arturo Jauretche con EDUFORS que apunta a la capacitación Yolanda, para aquellos sectores que no tienen obligación directa, aunque si indirecta tal como el empresario y los trabajadores. 

El acuerdo de la Universidad Nacional Arturo Jauretche con EDUFORS propone capacitación en Ley Yolanda para aquellos sectores que no tienen obligación directa de tomarla, aunque sí indirecta tal como el empresario y los trabajadores. 

De reciente aprobación, es esperable que el próximo año, cuando esté ya a disposición de los actores productivos, podamos anotar los avances que éstas capacitaciones -con sentido práctico y anclaje en lógicas de internalizar lo ambiental entre producción, trabajo, ambiente y empleo- generen.  Como consecuencia, esperamos también que se generen productos que la sociedad valore diferencialmente en el marco de su rol como usuarios y consumidores responsables, en el marco de esta iniciativa creativa y disparadora de otras múltiples acciones posibles en la red de causalidades ambientales.

Así se materializan las responsabilidad comunes pero diferenciadas con compromisos proactivos verificables, es decir acciones y resultados, única senda que nos aparte de las pesimistas predicciones conocidas, en tanto el  futuro es lo único que podemos construir. Ello   si sabemos no solo leer la naturaleza sino atender a las advertencias de quienes predican este necesario cambio de conducta que desde nuestros ancestros originarios a lúcidos pensadores de todos los tiempos nos vienen advirtiendo. Tenemos muy poco tiempo… tic…tac… el reloj corre inexorablemente.

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