Frente a realidades muy complejas atravesadas por la desigualdad, la violencia y la falta de oportunidades, las mujeres ocupan un lugar de alta vulnerabilidad. Fundación Mediapila trabaja por su inclusión social y económica mediante un abordaje integral que contemple tanto su capacitación técnica como su crecimiento personal.
En Argentina y en gran parte del resto del mundo, la situación laboral de la mujer es desigual con respecto a la del hombre. Entre las diferencias entre ellos, se encuentra la una marcada diferencia de participación en el mercado laboral, determinada por el género.
En un contexto de vulnerabilidad socioeconómica esta situación se potencia. Frente a esta realidad, 18 años atrás nació la Fundación Mediapila, una organización sin fines de lucro dedicada a promover la inclusión laboral de mujeres a través de la enseñanza del oficio de la costura y el fortalecimiento de la confianza y autoestima de las alumnas. En esta entrevista, realizada originalmente para el programa 40 Minutos de RSE, Belén Murphy Figueora, miembro de la junta directiva de la fundación conversa con Alessandra Minnicelli sobre los orígenes de la organización, sus programas y su vinculo con las empresas.
¿A que se dedica la Fundación Mediapila?
Mediapila trabaja por la inclusión laboral de mujeres en situación de vulnerabilidad social y económica. Nos enfocamos en destacar estas dos dimensiones, ya que la población con la que trabajamos a menudo experimenta ambas. Por ejemplo, son mujeres migrantes que están fuera de su contexto habitual, madres solteras o jefas de hogares monoparentales.
Desde la fundación queremos ser el impulso de mujeres que quieren transformar su realidad que tienen la valentía de dedicarse el tiempo a ellas mismas.
Si bien al principio no estaba decidido trabajar exclusivamente con mujeres, al salir a la calle, a comedores comunitarios y espacios de formación, notamos una gran presencia de ellas. Esto se debe a que las mujeres representamos la mayoría de la población empobrecida en nuestro país y en el mundo en general. Ser madre no es un requisito para formar parte de la comunidad de Mediapila, pero nos dimos cuenta que este grupo requiere un enfoque y una metodología de intervención muy específicos. Así fue como desarrollamos nuestros programas y ejes de trabajo.
En primer lugar, ofrecemos formación técnica en oficios. Históricamente, hemos capacitado en costura y oficios textiles. A partir de 2020, también trabajamos en la introducción a los oficios tecnológicos. Por ejemplo, tenemos un curso de introducción a la programación en el que suelen participar mujeres más jóvenes -de entre 18 y 25 años- que se encuentran en situación de vulnerabilidad y desean aprender y adquirir una herramienta de trabajo. Además acompañamos en su proceso de desarrollo personal y empoderamiento y por último contamos con un programa de Inserción Laboral.
¿Cómo convocan a las mujeres?
Afortunadamente, las propias mujeres que participan en nuestros programas nos recomiendan. Además, trabajamos en red y colaboramos estrechamente con organizaciones barriales y trabajadoras sociales donde estamos presentes. Ya sea en cursos presenciales o en cursos virtuales impartidos a través de otras organizaciones o municipios, recibimos muchas derivaciones de entidades que nos conocen y reconocen la calidad de nuestro trabajo.
Trabajamos para que las mujeres puedan convertirse en emprendedoras y ser dueñas de su trabajo y de su tiempo.
Además promueven y acompañan a las mujeres para que sean emprendedoras.
Sí, trabajamos mucho para que las mujeres puedan convertirse en emprendedoras y ser dueñas de su tiempo y trabajo. Diseñamos productos bajo nuestra marca de indumentaria, que se pueden encontrar en nuestra página web. Siempre que lanzamos un producto, buscamos que transmita un mensaje relacionado con las temáticas en las que trabajamos. Creemos que -como organización social tenemos un papel en incidir y sensibilizar a la sociedad en general, por lo que intentamos que nuestros productos también reflejen eso.
Todos lo que vendemos está confeccionado por mujeres que se han capacitado con la fundación. Es una forma de promover el comercio circular, el comercio justo y el trabajo digno, generando fuentes de empleo tanto en nuestras marcas como cuando realizamos productos para empresas que buscan merchandising o emprendedoras interesadas que se suman a nuestra bolsa de trabajo.
¿Cómo establecen los vínculos con el sector privado y público para mantener la estructura organizativa?
En cuanto a los donantes, es cierto que la mayoría son individuos que apoyan nuestra causa. Sin embargo, también buscamos establecer alianzas con empresas y organizaciones que deseen sumarse y aportar valor.
Es fundamental el trabajo en red y articular con todos los sectores. Trabajamos con empresas que aportan principalmente de dos formas. El primero de ellos es a través de un programa de becas, lo que quiere decir que se hace cargo del costo y el valor que tiene la capacitación de cierta cantidad personas cada año o cuatrimestre. En este marco, necesitamos que cada vez sean más porque -obviamente- el contexto es complejo. Por otro lado, una vez al año, organizamos un evento institucional muy ligado a nuestro programa “Mujeres programando futuro” que tiene como foco visibilizar a las mujeres que se dedican a la tecnología y que nuestras estudiantes puedan acceder a historias de vida inspiradoras para ellas.
Todo lo que vendemos está confeccionado por mujeres que se han capacitado con la fundación. Es una forma de promover el comercio circular, el comercio justo y el trabajo digno, generando fuentes de empleo
En Mediapila siempre decimos que, para lograr cualquier cosa en la vida uno tiene una familia, amigos, gente que te impulsa. Desde la fundación lo que queremos hacer es eso: ser el impulso de estas mujeres que quieren transformar su realidad que tienen la valentía de dedicarse el tiempo a ellas mismas.
¿Qué información les brindan ustedes a las empresas con las interactúan a través de los proyectos?
Siempre presentamos informes financieros, porque al final, es una persona que está confiando en que se haga un buen uso y una buena administración del dinero. También realizamos un informe de impacto en el que hacemos evaluaciones con las mujeres antes de que comience, durante y al finalizar el programa. Hacemos un seguimiento porque no en todos los casos la persona consigue un empleo inmediatamente.
Algo muy lindo que está pasando cada vez más con las empresas, es la incorporación del voluntariado corporativo como una forma de trasladar en el personal el espíritu de lo que se quiere lograr con ese aporte.
Creo que ya hemos pasado de una cuestión más filantrópica -o de donación- a una instancia de involucrar al personal. Son experiencias intercambios súper enriquecedores.
