La herramienta de Fondos Fiduciarios se incorpora en los ámbito público y privado de Argentina, a partir del año 1995, mediante la Ley 24.441. Su objetivo es el de garantizar el financiamiento -a mediano y largo plazo- de acciones, buscando asignar específicamente recursos para determinados proyectos separándolos, de esa forma, de los recursos del presupuesto general de una empresa u organización. De esta manera se garantiza que sean afectados a determinadas proyectos responsables que requieren, para su ejecución, de más de un ejercicio presupuestario. Los recursos fideicomitidos, son así intangibles, lo que garantiza su aplicación al financiamiento de una acción o proyecto específico.
A modo de ejemplo en el año 2013, en el marco del Primer Congreso Internacional de Responsabilidad Social (CIRS), que organizamos desde Fonres en conjunto con otras organizaciones, entre ellas FORS, la UTN, la UBA, promovimos la creación de Fondos Éticos para el diseño y financiación de acciones de Responsabilidad Social (RS) con el fin de atender problemáticas relacionadas con desigualdades, desequilibrios sociales, ambientales o del entorno mismo donde estas organizaciones desarrollan su actividad.
Estos fondos, permiten, afectar recursos para acciones que acompañen sus objetivos de desarrollo social y ambiental (que nos importan a todos) sin comprometer la competitividad y crecimiento económico de cada una de ellas. Además, se llevan adelante en el marco de proyectos comprometidos con los principios universales de sustentabilidad, lo que involucra a su vez, la incorporación de valores éticos, ambientales y sociales a esta forma de organización y gestión social que es la Responsabilidad Social. De esta manera, las organizaciones asumen el impacto que ellas mismas generan en el entorno.
En este marco, además, el esquema del Fondo Ético, se plantea como una herramienta para llevar adelante acciones conjuntas de RS que acompañen, converjan o se complementen con las políticas públicas, entendiendo que esa es la forma de que todos los actores del Ecosistema, vayan en el sentido para proteger y mejorar nuestra calidad de vida.
La administración de los recursos involucrados, la lleva adelante una entidad financiera, lo que permite la participación pequeños y grandes capitales. El Banco, además de participar en la definición de los proyectos, es quien proporciona los recursos a medida que se va avanza en el cumplimiento de las etapas, bajo las indicaciones de un Comité Evaluador o Consejo Consultivo en función de los fondos recaudados.
Todo ello garantiza la optimiza el uso de los recursos para aplicarlos a los proyectos definidos en conjunto y, a su vez, asegura a los fiduciantes (que son quienes aportan los fondos), que los mismos sean ejecutados adecuadamente.
Los participantes reciben un certificado de participación en el Fondo que puede ser utilizado con fines impositivos y de rendición de cuentas en sus balances sociales, posicionándolos en el camino de ser empresas u organizaciones comprometidas con los problemas sociales, de desarrollo y de sustentabilidad.
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